Lo que impulsa al músico Jonás González a seguir creando música es la curiosidad. Esa chispa que lo lleva a descubrir nuevos sonidos y a desafiarse como compositor. Este deseo por reinventarse ha sido clave para mantener su relación creativa con Alejandro Rosso, tecladista y su compañero de casi tres décadas con la banda Plastilina Mosh.
“Hace unos días terminé una maqueta para una nueva canción y cuando la escuché me cayó una satisfacción tremenda. Lo primero que hice fue abrirme una cerveza y pensar, ‘me la merezco, claro que sí, cabrón.’ A veces, un apapacho así es necesario”, relata Jonaz en conferencia de prensa.
Tras una pausa de casi una década, Plastilina Mosh regresa. Con casi 30 años de historia, vuelven a los escenarios con una presentación el 21 de septiembre en el Teatro Metropólitan.
Este show marca un punto importante en su trayectoria, ya que después de varios años alejados de los estudios y escenarios, la banda decidió explorar nuevos caminos. Jonás describe este momento como un proceso de renovación, donde tanto él como Rosso han dejado atrás la incertidumbre inicial para reencontrarse con la pasión que los movía en sus inicios.
Plastilina Mosh se presentará el 21 de septiembre en el Teatro Metropólitan, a las 20:30 horas
“Nos juntamos hace apenas un par de años, después de un buen rato sin tocar juntos, y fue una manera de probar el agua, a ver si funcionaba. Será como un primer ejercicio para convertir este show en una experiencia visual y sonora completa. Estamos montando un escenario que nos llama mucho la atención, con estructuras y pantallas; también tendremos un cuarteto de cuerdas para algunas canciones”, cuenta.
Aunque el show en el Metropolitan no incluirá estrenos, la banda quiere reconectar con el público con canciones de su repertorio clásico como: “Nalguita”, “Mister P. Mosh” “Aló” y “Millionaire”, por mencionar algunas.
El músico regiomontano se muestra entusiasmado por el hecho de que nuevas generaciones también se están sumando a sus conciertos, algo que considera un logro en sí mismo. Además, también cuenta que entre el 2010 al 2020 tuvieron un descanso, el cual les sirvió para abordar el proyecto con frescura.
“Este show es para anunciar que estamos en el ruedo otra vez y que estamos preparando nuestras ideas. Necesitábamos tiempo para desintoxicarnos de lo que veníamos haciendo”, explica.
A 26 años del lanzamiento de Aquamosh, el disco que marcó un antes y un después en la escena musical mexicana, la agrupación regresa a los escenarios para interpretar estas icónicas canciones.
“El álbum sigue representando lo más honesto que pudimos hacer en ese momento. No buscábamos ser mainstream ni pegar en las listas, solo queríamos hacer lo que traíamos dentro”, agrega.
Las nuevas canciones de Plastilina Mosh
El regreso de Plastilina Mosh también está marcado por la creación del sencillo “Conocemos el fuego”. Originalmente encargado para ser el tema del reality de TV Azteca “Peoplé’s League La liga de todos”, esta canción se convirtió en el catalizador que permitió a la banda retomar la composición y avanzar en la creación de varias maquetas para un próximo álbum.
Jonás destaca la importancia de evitar la repetición de fórmulas pasadas. Aunque canciones como “Castígame” y “Mr. P. Mosh” siguen siendo icónicas, él considera que volver a esas fórmulas sería “un suicidio creativo”.
“Esta canción fue el punto de partida para retomar la composición y, desde entonces, la banda ha avanzado con la creación de varias maquetas, para darnos cuenta que sí iba a funcionar si volvíamos a enfocarnos en el bienestar del grupo y no en el individual. Ahorita hemos montado siete maquetas que, a lo mejor, hace siete años no hubiera ocurrido”, cuenta el vocalista.
“De repente, la industria prostituye los géneros y saca artistas que no tienen razón de ser, pero no es culpa del género. Los verdaderos creativos utilizan los géneros como herramientas para expresarse, mientras que otros proyectos se aferran a un género solo para existir”
El nuevo sencillo “Conquistador”, que saldrá después de su presentación en el Teatro Metropolitan, es el siguiente paso en este camino. Junto con otra canción guardada por más de 12 años, ambas piezas se lanzarán al público como un guiño a los maxi-singles de los noventa.
Este material refleja la evolución constante de la banda y la incertidumbre en torno a su próximo lanzamiento, ya que el cantante admite no saber si será un disco, un EP o sencillos. Lo que sí tienen claro es que, gracias a los formatos actuales en las plataformas digitales, pueden adaptarse a cualquier decisión.
La evolución musical de Jonás
La visión de Jonás sobre la música va más allá de géneros específicos. Para él, lo importante es la autenticidad. Critica la superficialidad en la industria, donde algunos artistas son empujados por la moda del momento, mientras que valora a aquellos como Soda Stereo o Madonna, que a su parecer, usan los géneros como herramientas de expresión.
Jonaz ha trabajado en proyectos que abarcan desde el rock hasta el reguetón, géneros que considera tienen su propia ciencia y complejidad, y es precisamente esa diversidad lo que mantiene su interés y pasión por la música.
“Aunque no escucharía canciones como ‘P.Mosh’ en mi día a día, cuando la interpreto en vivo, la respuesta del público me contagia y me hace sentir, el cabrón más feliz. Las canciones son como tatuajes, marcas que se quedan para siempre, pero que no definen quién eres en la actualidad, sino quién fuiste en un momento de tu vida.
“La canción que más disfruto tocar en vivo es ‘Castígame’. Aunque hay muchas que me gustan, esta en particular me hace sentir que alcanzamos un sonido pop ideal, uno que siempre quise lograr. Si la ponen en un bar, aún hoy me emociona’
“Tengo un montón de tatuajes que me puse hace 25 años y aquí siguen, no se van a ir a ningún lado. Siempre decíamos que Plastilina Mosh era una banda nueva con el mismo nombre y los mismos güeyes en cada disco”, concluye.
Sobre su faceta como solista
Jonás revela que fue en 2011 cuando decidió aventurarse a componer por su cuenta. Este proceso le permitió descubrir una nueva manera de separar sus ideas y saber a qué proyecto destinar cada una.
“Me di cuenta de que cuando tengo una idea muy sólida, es mejor guardármela para mí porque si la comparto, se diluye y termina siendo algo completamente diferente. Esta claridad me ha permitido mantener un balance entre mis colaboraciones y el trabajo en solitario”, habla.
