Plantean las diversas posibilidades del ser en la obra “Reset”

Aunque sus historias de vida son distintas, en escena, los bailarines Yansi Méndez y Luis Galaviz se unen en una sola corporeidad, son cómplices y forman un dúo de pensamientos y vivencias que conservan la individualidad y la existencia de cada uno.

Desde el 2017, Méndez y Galaviz han trabajado en una obra coreográfica que plasme su sentir y estado crítico de la condición humana a través del cuerpo y sus cambios con el paso de los años. Después de cinco años y de una pandemia, ambos creadores presentan Reset. Antropología del Yo, espectáculo que contará con cuatro únicas funciones en el Foro A Poco No.

“Después de una pandemia, con unos cuerpos muy distintos, con una madurez y con un respeto hacia nosotros como personas, fue abrazar ese reencuentro y la decisión de decir tenemos un asunto pendiente que no hemos cerrado.

“Soy de Sinaloa, me planteé lo que extrañé a la distancia, el por qué me quedé en pandemia en la CDMX, en la familia que dejé; me di cuenta del valor que no les estaba dando, la distancia que tuve, pero al mismo tiempo había más necesidad de contacto. Todo eso lo retomamos, lo abordamos y dijimos, pues, ¿qué estamos haciendo perdiendo el tiempo?”, explica Luis a Reporte Índigo.

La pieza escrita por Yansi Méndez y Luis Galaviz, junto con la asesoría del dramaturgo Juan Carlos Franco, habla sobre cómo el desamor, el amor y la rutina plantean todas las posibilidades que tiene el ser humano ante las decisiones, compañías, recuerdos y formas de enfrentar e intentar comprender los ciclos naturales que la vida propone.

Reset. Antropología del Yo se activa a partir de la resonancia a ciertas etapas de la vida de cada intérprete, plantea distintos momentos físicos y emocionales que se abstraen en historias que, al llegar al nudo climático, se rompen para empezar de nuevo y volverse un loop el uno del otro y con el otro.

El bailarín cuenta que son tres historias, las cuales se unirán en una obra de 50 minutos. La primera se trata de una reflexión sobre la necesidad de contacto y de amor propio. El encuentro y el enfrentamiento hacia ti mismo.

“La segunda escena tiene la parte de la vulnerabilidad, es como encontrarte en un lugar súper frágil, donde jugamos con la dualidad, entre echarse polvo y otra que se sostiene a partir del último suspiro. Luego viene la monotonía, la rutina que creamos en la vida”, comparte Luis.

Se plantea en el espectáculo la conceptualización del término “reset” como una constante resignificación del ciclo, la transformación y la autotrascendencia. Por ello, la estética y plástica que expone la puesta muestra cuerpos andróginos en constante dicotomía que logra un equilibrio entre masculino y femenino e inconsciente y consciente.

“No estamos jugando en roles como femenino o masculino, simplemente somos seres, dos cuerpos que se acompañan en escena y que utilizamos para contar estas historias”, abunda.

Al ser conscientes de ello, los artistas buscan que cada espectador reflexione sobre sus decisiones y cómo a partir de ellas han construido su presente y cómo desean seguir con su existencia.

“Es justo como empezar desde otro lugar, no desechar el pasado, sino guardarlo para cuando decidas que un ciclo se acabó y empiezas otro, lo hagas con una experiencia y madurez distinta. Lo que queremos es brindar otras posibilidades, como decir, si me fui a la derecha hace unos años y vi que me salió de esa forma, hoy voy a intentar a la izquierda”, concluye.