El autor habló de su libro publicado en Anagrama en el Hay Festival de Querétaro 2024. Foto: Especial

El planeta de los hongos inspiró nuestro sistema digital: Naief Yehya

En su último libro, el escritor y especialista en cibercultura teje una historia de las especies alucinógenas, desde sus posibles usos en la prehistoria hasta su presencia en la cultura, la sociedad y economía actual 

“El hongo es el organismo que va a llegar al fin del mundo. Cuando el capitalismo termine de destruir la Tierra y de depredar todo, cuando ya no haya nada valioso que explotar, el hongo va a crecer y a empezar, otra vez, su tarea de limpiar las toxinas, tragarse la radiación, generar redes de comunicación con nuevos organismos y dar chance a que alguien más venga a vivir”.

Aunque parezca guión de un relato de ciencia ficción, Naief Yehya tiene claro que esto puede pasar después de navegar entre los conocimientos micológicos, tecnológicos y científicos para escribir su último libro El planeta de los hongos. Una historia cultural de los hongos psicodélicos (Anagrama, 2024).

Ingeniero industrial de formación, crítico cultural, pornografógrafo y especialista en cibercultura, Naief Yehya ofrece en este ensayo una breve historia de los hongos, esos misteriosos organismos que habitan el Planeta y sus entrañas desde hace millones de años y que han inspirado el universo digital en el que convivimos todos los días.

“Uno de los grandes atractivos para meterme en este campo, después de escribir sobre cibercultura tantos años, fue entender al micelio como una especie de Internet. Hace tiempo, para mi el hongo era este objeto que crece en el bosque y que tiene una forma bastante estética y que hay una variedad de especies inmensa, pero alguien me dijo: ‘el hongo es el micelio’, que es un tejido de hifas que se extiende por territorios inmensos o pequeños; fibras más delgadas que un cabello que transmiten mensajes, que llevan agua, nutrientes, estímulos eléctricos, aire”,  comentó en entrevista con Reporte Índigo el autor durante su participación este fin de semana en el Hay Festival de Querétaro 2024.

Añadió que esa fascinante red que se establece en lugares, grandes o pequeños, hace crecer “culturas de hongos”, como si fuese nuestro propio sistema digital: “El micelio, a través de sistemas micorrizales, se comunica con las raíces de los árboles, de las plantas, de los animales, establece comunicación, como una especie de Internet.  Alguien  dijo: así como tenemos la world wide web, tenemos el wood wide web, la red del bosque, y es una gran metáfora: un sistema que hace crecer entidades extrañas, culturas de hongos. Nuestro sistema digital vino a hacer eco de esto”.

Existen cientos de miles de especies de hongos, de los que apenas se conoce un pequeño porcentaje

¿Por qué las sustancias psicodélicas son más aceptadas ahora?

A lo largo de su ensayo, el autor reflexiona sobre las sustancias psicotrópicas de algunos hongos, desde su posible uso en la prehistoria, pasando por su presencia en rituales de las culturas antiguas, principalmente en México, hasta su influencia en los cambios culturales, sociales, morales y económicos de nuestra época.

“Después de décadas de prohibición y paranoia, en que los psicotrópicos y alucinógenos fueron categorizados entre las drogas más potentes y destructivas, la corriente cultural está cambiando, las sustancias psicodélicas comienzan poco a poco a legalizarse”, escribe en su ensayo.

Que el prejuicio y la demonización estén desapareciendo, se debe al contexto político y cultural del momento, precisó:

“No había manera de demostrar científicamente que los psicodélicos son destructivos, simplemente era la gran paranoia social de que una sustancia que te cambia la realidad tiene que ser prohibida, a menos que sea alcohol. Después de pasar por toda la contracultura, de los años 60 hasta 90 y que esas justificaciones ya no se sostenían,  empezó a ver una especie de tolerancia, el regreso a un nuevo orden en el que se busca entender estas sustancias de otra manera”.

Hoy, dijo, estamos en un momento en el que, por un lado, hay un enorme desprecio y prejuicio avivado por la religión y otros factores sociales,  mientras que, por otro lado, hay un corpus científico que se ha desarrollado desde los años 30 en diferentes instituciones académicas que demuestran que los psicodélicos pueden ayudar a combatir las adicciones, la depresión, la esquizofrenia:

“Las corporaciones mismas lo reconocen, lo incorporan a sus sistemas de producción, especialmente en los medios de alta tecnología e Internet. Tienen miércoles de microdosis, jueves de psilocibina y viernes de peyote. Esto es una realidad, las empresas lo hacen y no desde ayer, desde hace ya un rato”.

Legalizar algunas sustancias de golpe puede crear resaca

Por eso, el autor considera que las prácticas prohibicionistas en torno a las sustancias psicotrópicas no ayuda en nada, pues las leyes o reglas en torno a lo que se considera permitido ahora o en otro momento es tan aleatorio como la presencia misma de los hongos en un espacio.

“Los gobiernos, todos, tienen este lado protector, este paternalismo tan nocivo en el que asumen que ellos saben lo que tienen que protegercuidar y qué deben o no permitir para protegerte y esto es muy nefasto”.

Ahora en México, dice, “tenemos un gobierno que aparentemente era un poco más abierto, más tolerante, pero tampoco es suicida y no se atreve a abrir ciertas puertas que pueden crear una resaca”.

“No olvidemos el ejemplo de Timothy Leary, que pasa de ser un científico muy respetable, un psicólogo de Harvard con todas las credenciales que descubre los hongos, el LCD, a ser el principal evangelista del consumo y la revolución cultural. Se convirtió, como lo definió Nixon, en el hombre más peligroso del mundo, y entonces, él, al tratar de abrir las puertas de golpe, se volvió un problema tremendo porque, en gran medida, incitó al prohibicionismo de los años 60, que generó una serie de fenómenos represivos espantosos”.

En México, añade, estamos en un momento parecido: “Si empujas demasiado vas a romper el muro y vamos a estar otra vez en lo mismo, entonces, tenemos que ir lento. En Estados Unidos está pasando también”. 

El autor

  • Naief Yehya (México, D.F., 1963) es ingeniero, narrador, crítico cultural y pornografógrafo.
  • Ha publicado las novelas Obras sanitarias (Grijalbo, 1992), Camino a casa (Planeta, 1994), La verdad de la vida en Marte (Planeta, 1995) y Las cenizas y las cosas (Random House, 2017).
  • Destacan sus ensayos: El cuerpo transformado (Paidós, 2001), Tecnocultura (Tusquets, 2009), Pornografía. Obsesión sexual y tecnológica (Tusquets, 2012), Pornocultura (Tusquets, 2013) y Mundo dron. Breve historia ciberpunk de las máquinas asesinas (Debate, 2021).
  • Yehya vive en Brooklyn desde 1992 y colabora en el suplemento El Cultural del periódico La Razón y en  otras revistas mexicanas.
  •  El planeta de los hongos es su primer libro publicado en Anagrama.
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