Parece ser más sencillo, rápido, cómodo y para algunos los hace sentir “un fregón” que le gana a las cadenas cinematográficas que venden palomitas caras y se creen muy astutos por ver las películas en línea “antes de que lleguen al cine”.
La piratería digital en México forma parte de una cadena delictiva y un círculo vicioso que alimenta la corrupción en el país.
De acuerdo a un estudio publicado por la Motion Picture Association of America (MPAA), en 2016 los 172 sitios piratas más grandes en idioma español recibieron mil millones de visitas desde México.
Para hacerse una idea de cómo está la situación, esas mil millones de visitas representan 10 veces más que las que recibieron por un sitio oficial de descargas.
De los 172 sitios, alrededor de 106 corresponden a piratería audiovisual, con más de 13 mil títulos de películas y series televisivas en español y/o subtituladas.
“La piratería digital es un problema que afecta las economías formales y por consiguiente a la generación de empleos”, dijo Ygor Valerio, vicepresidente y jurídico de Protección a los contenidos de la MPAA en Latinoamérica.
“El uso correcto de los dispositivos o sistemas de televisión por protocolo de Internet, que utilizan la descarga de aplicaciones o canales digitales en su plataforma, pueden ofrecer de manera ilegal el acceso a todo tipo de contenidos”, agregó Valerio.
Pero el mayor problema es que para el mexicano, la piratería es un delito light o casi insignificante.
De hecho, la mitad de los mexicanos considera que este delito no es grave. Según el estudio “Piratería: entendiendo el mercado sombra en México”, llevado a cabo por la American Chamber of Commerce of México y el Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC), hasta el 50 por ciento de los encuestados no considera a la piratería como algo grave y el 48 por ciento compra productos ilegales por una simple y sencilla razón: las autoridades no castigan.
El estudio de la MPAA subrayó que las aplicaciones ilegales afectan la cadena de creación de obras intelectuales, generan la pérdida de empleos y forman parte de una red de grupos corruptos.
Y como dijo Valerio, “estas actividades originadas en su mayoría por el crimen organizado, ponen en peligro la creatividad y cultura de nuestro país”.
‘Negocio’ millonario
La piratería en México se ha convertido en un “negocio” millonario y una “industria” en constante crecimiento. En 2011, por ejemplo, se perdieron 16 millones 22 pesos por las descargas ilegales de películas, música y libros, según el Tercer Estudio de Descargas Digitales, realizado por la Coalición por el Acceso Legal a la Cultura (CALC). Y el gobierno federal dejó de percibir más de 2 mil 300 millones de pesos en impuestos.
Desde el origen
Así como el incumplimiento de la ley en México forma parte del origen principal de la delincuencia en el país, la educación del usuario –y el castigo por los delitos que comete– es clave para atacar la piratería digital.
Esto debido a que no solo la industria del entretenimiento se ve afectada con la piratería, también el propio usuario, quien se vuelve un eslabón más en la cadena delictiva.
Por ello y ante el crecimiento del mercado ilegal, diversos empresarios musicales piden a la sociedad su colaboración para combatir la piratería digital e impulsar este sector.
A través de un comunicado, la Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas y Videogramas (Amprofon) y su presidente, Guillermo González King, puntualizó que los contenidos ilegales que se distribuyen en la Red descompensan el mercado, afectando de manera profunda a esa industria.
“La competencia desleal que impera en el entorno digital nos hace apelar a la conciencia del usuario en el uso legal de contenidos”, dijo González King.
Tanto Guillermo como la Amprofon exhortan a la buena conciencia de los usuarios a la hora de acceder a contenidos en canales ilegales.
Amprofon también hace un llamado para proteger a sus asociados –y los derechos de los mismos–, ya que representa el 93 por ciento del mercado musical mexicano y tiene la finalidad de fomentar la distribución y uso de música legalmente.