¿Qué tan bueno es chuparse los dedos y morderse las uñas?

Si de pequeño te la pasabas chupándote los dedos o te comías las uñas existe la posibilidad de que tengas menos alergias.

Tal vez tu padres se desesperaban cada vez que te veían con el dedo en la boca o mordiéndote las uñas de los dedos ya que pensaban que alguna bacteria que habitaba en ellos te haría daño.

Bien, pues resulta que un estudio señala que la exposición a las bacterias en niños de cinco a 11 años no es del todo malo.

Si de pequeño te la pasabas chupándote los dedos o te comías las uñas existe la posibilidad de que tengas menos alergias.

Tal vez tu padres se desesperaban cada vez que te veían con el dedo en la boca o mordiéndote las uñas de los dedos ya que pensaban que alguna bacteria que habitaba en ellos te haría daño.

Bien, pues resulta que un estudio señala que la exposición a las bacterias en niños de cinco a 11 años no es del todo malo.

El diario The New York Times señala que una investigación realizada con mil 37 niños nacidos en 1972 o 1973 en Nueva Zelanda documentó que era menos probable que los niños tuvieran resultados positivos en pruebas cutáneas de alergia conforme crecieran.

Es decir, que los niños que se chupaban el dedo o se mordían las uñas con frecuencia tendrían menos alergias tanto a los 13 como a los 32 años. 

Stephanie Lynch, estudiante de la Facultad de Medicina de Dunendin, buscó una posible relación entre los niños que tienden a vivir con los dedos en la boca y la sensibilidad alérgica ya que la hipótesis de la higiene sostiene que puede haber un vínculo entre las enfermedades atópicas —la actividad acelerada del sistema inmunitario responsable del eczema, el asma y las alergias— y una falta de exposición a distintos microbios en etapas tempranas de la vida. 

Es por eso que “un nivel dado de exposición a los microbios puede ayudar a que el sistema inmunológico de un niño pueda combatir las enfermedades, en lugar de desarrollar alergias”.

Las pruebas se hicieron exponiendo partes pequeñas de la piel a diferentes alérgenos para ver la reacción del paciente y el tamaño del enrojecimiento o hinchazón que se llegue a presentar.

El estudio encontró que los niños con ambos hábitos tenían aún menos probabilidades de presentar un resultado positivo en las pruebas cutáneas que aquellos con solo uno de ellos.

 

 

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