Persiste Film Club Café a pesar de la pandemia

Con 15 años de existencia, este espacio alternativo de exhibición fílmica en Naucalpan, Estado de México, busca sobrevivir a la pandemia, por ello invita a los fanáticos del séptimo arte a dar un aporte voluntario para continuar con el proyecto
Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Sin tener que desplazarse hasta el centro o sur de la Ciudad de México, los cinéfilos al norte del valle de México, en Naucalpan, justo a un lado de las Torres de Satélite, cuentan con un espacio que se dedica al séptimo arte desde 2006, el Film Club Café, que debido a la actual pandemia se ha visto perjudicado como miles de negocios pequeños.

Ojanguren lanzó una campaña en Donadora titulada Film Club Café necesita tu ayuda – COVID, para conseguir fondos, de los cuales el 70 por ciento servirán para pagar la renta del inmueble y los servicios

Su fundador, Raúl Ojanguren, creó este espacio de exhibición fílmica y con videoteca, que había logrado ser autosustentable hasta antes de 2020, pero al haber cerrado durante meses por las condiciones del semáforo epidemiológico y al tener una sala de aforo de 25 butacas, era imposible tener proyecciones de cine, por lo que se contrajeron deudas financieras.

El recinto cultural busca continuar funcionando y por ello, Ojanguren lanzó una campaña en Donadora titulada Film Club Café necesita tu ayuda – COVID, para conseguir fondos por 250 mil pesos, de los cuales el 70 por ciento servirán para pagar la renta que se debe del inmueble y los servicios.

“No veía mucha forma de salir adelante si no era con la ayuda de la comunidad misma. Al principio de la campaña era ‘vamos a salvar al Film Club Café’, ahorita ya no se trata tanto de salvación, sino de recuperación, de sanación”, comenta Ojanguren, en entrevista.

Al cierre de esta edición, 197 personas habían aportado la cantidad de poco más de 188 mil pesos, rebasando un 76 por ciento del estimado por Ojanguren. El fundador precisa que con este monto ya se podría liquidar lo que se adeuda completamente, por lo que el resto del dinero serviría para darle mantenimiento a la sala.

Parte del dinero recabado en la campaña, un 15 por ciento, también servirá para pagar sueldos pendientes. Raúl Ojanguren admite que él mismo opera el lugar, pero tiene a dos personas que lo auxilian en el manejo de la cafetería y la sala de proyección.

“Cuando abrí el Film Club Café dije ‘voy a compartir el cine’, después ‘vamos a compartir la música también con conciertos’, y después me di cuenta de que a quien amo realmente es a la gente, eso es lo que realmente me motiva, la gente, lo otro es un pretexto”
Raúl OjangurenFundador de Film Club Café

Las donaciones comienzan desde los 300 pesos y ascienden hasta los 9 mil pesos, todas incluyen recompensas, como la más básica que son dos entradas a una función, más palomitas y una postal conmemorativa, y la de mayor lujo es cerrar completamente el cine club para un evento privado, pero con una duración no mayor a ocho horas, ya que Ojanguren dice: “tampoco estamos tan locos”.

FOCINE, aciertos y errores

Con la reestructuración de los apoyos e incentivos que ofrece ahora el Instituto Mexicano de Cinematografía bajo el nombre de la Compañía para el Fomento Cinematográfico (FOCINE), Raúl Ojanguren observa que en su primera convocatoria sí se mejoró la redistribución de recursos, sin embargo, todavía hay un largo camino para lograr su perfeccionamiento.

“Podías pedir hasta millón y medio y a la hora de la hora creabas tu proyecto de esta cantidad y resulta que sólo están repartiendo 300 mil a algunos, sí me hubieran dado este dinero, me meten en una bronca, si ya mandé un proyecto de millón y medio, ¿cómo lo iba a hacer con 300 mil? Tiene sus defectos, yo espero que siga ese estímulo y vaya mejorando”, ejemplifica el fundador de la sala independiente.

El director de Film Club Café admite que intentó ir por el apoyo de FOCINE, pero este no le fue concedido, por eso decidió abrir una mecánica en Donadora y conseguir el dinero por la vía privada.

“Nunca me había acercado a este tipo de convocatorias digitales, jamás lo había hecho, porque tengo la teoría de que el arte y la cultura se tienen que dar sí o sí, aunque nadie me tienda el brazo, yo lo tengo que hacer, esa ha sido siempre mi actitud”, platica.

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