Te matan o te enfermas

Ser periodista es un arte, es una profesión que se lleva hasta el tuétano, pero también es un oficio que depara dos destinos a quienes lo profesan: la muerte o la “locura”.

Sí, algunos periodistas no solamente exponen hasta el pellejo cada vez que hacen uso de la libertad de expresión y de la proclamación de la verdad, también viven a la merced del crimen y en amenaza constante.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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De los periodistas asegura descansar al dormir

Ser periodista es un arte, es una profesión que se lleva hasta el tuétano, pero también es un oficio que depara dos destinos a quienes lo profesan: la muerte o la “locura”.

Sí, algunos periodistas no solamente exponen hasta el pellejo cada vez que hacen uso de la libertad de expresión y de la proclamación de la verdad, también viven a la merced del crimen y en amenaza constante.

Y México es de los países más peligrosos para ser periodista. De acuerdo a Reporteros Sin Fronteras (RSF), más de 105 periodistas han sido asesinados en el país desde el año 2000… y esos son los casos que se han identificado y reportado. Sin contar a los periodistas que han sido víctimas de la extorsión, el secuestro y la agresión física y la tortura psicológica y verbal.

México podrá ser de los primeros lugares mundiales en exportación de cerveza, pero en el campo del periodismo su puesto es lamentable. El país ocupa el tercer sitio a nivel global de número de muertes de reporteros, después de países como Siria y Afganistán, según RSF.

“Ningún periodista, sin importar el alcance de su medio está a salvo”, dijo Tania Reneaum, directora de Amnistía Internacional en México.

Así que en este país, buscar la noticia y divulgar la información es una sentencia de muerte… o bien, el primer paso hacia una cadena viciosa y una vida de malos hábitos que afectan directa y severamente la salud física y mental.

Se vuelven ‘locos’

Tal vez los periodistas no son como los médicos que reciben llamados a cualquier hora del día o que tienen vidas en sus manos… pero sí son profesionistas que tienen que lidiar con la amenaza de muerte y con información las 24 horas del día, los siete días de la semana (sí, hasta dormidos siguen pensando en encabezados, análisis y datos).

Eso aumenta considerablemente los niveles de estrés y ansiedad y de acuerdo a una investigación elaborada por el London Press Club, la mala vida que llevan (hábitos alimenticios deplorables, sueldos bajos y alto estrés) provoca que el periodista sea menos propenso a resolver problemas complejos, aumenta su riesgo de padecer depresión y otros trastornos mentales que pueden llegar a ser crónicos.

Anthony Feinstein, profesor de psicología de la Universidad de Toronto, realizó un estudio con periodistas de todo el mundo (incluidos países mortales para ellos, como México e Irán) y llegó a la conclusión de que aún siguen los estigmas y que su salud mental está en riesgo constante.

Y Elana Newman, profesora de psicología de la Universidad de Tulsa, alega que la situación es tal que es más fácil hablar de salud mental de bomberos y soldados que de periodistas.

Sobre todo si se trata de los reporteros de guerra, que son testigos y víctimas al mismo tiempo.

Insomnio, fritangas y alcohol

El periodista raras veces tiene tiempo para hacer ejercicio, duerme pocas horas y lleva un ritmo de vida sumamente acelerado. Sea o no su trabajo una “excusa”, también tienden a beber alcohol frecuentemente y el tabaco es un aliado para soportar la ansiedad.

Es muy probable que se alimenten de frituras y comida rápida –en el trayecto hacia una entrevista, por ejemplo–,y la cafeína será su acompañante recurrente (lo que aumenta el riesgo e insomnio y ansiedad), de acuerdo a la investigación del London Press Club.

Los altos niveles de estrés y las fechas límites los persiguen como ellos a “la nota”, aunado a los bajos salarios y las cuentas que siempre van en aumento.

Además, según el estudio del London Press Club, solamente el 10 por ciento  de los periodistas –los de mayor edad– asegura recuperar descanso al dormir.

Oficio peligroso

>> Los periodistas viven bajo amenazas de muerte, con altos niveles de estrés, malos hábitos de sueño y alimenticios.

>> Quienes ejercen esta profesión suelen tener insomnio y tienden a beber alcohol con frecuencia.

>> El consumo de cafeína y tabaco provoca que lleven ritmos de vida poco saludables.

>> El simple hecho de ser periodista puede ser nocivo para la salud mental.

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