El artista de 88 años dijo que esta pieza seguramente será lo que más vivirá de toda su obra. Foto: Especial

Los trazos geométricos que Pedro Friedeberg diseñó para las bóvedas del Museo de Historia Natural

Sinfonía de la Vida: Geometrías del Universo es el nombre de la pieza plasmada sobre 10 bóvedas del recinto del Bosque de Chapultepec. La obra está inspirada en el acervo del museo y en diversas mitologías

El universo de Pedro Friedeberg ha llegado al Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental para trascender en el tiempo. Sus inconfundibles trazos geométricos inspirados en mitologías y la biodiversidad de México engalanan las 10 bóvedas del recién remodelado museo en el Bosque de Chapultepec.

Su obra  Sinfonía de la Vida: Geometrías del Universo fue develada ayer por el artista, directivos del museo y patrocinadores del proyecto en este recinto que recientemente fue sometido a un proyecto integral de renovación.

Inspirada en sus icónicas medallas, elementos esenciales de su obra, la pieza se extiende sobre las 10 bóvedas del museo con la intención de ser apreciada desde una vista área, principalmente por los usuarios del Cablebús que correrá sobre el Bosque.

Las superficies de las 10 bóvedas, de 35 metros de diámetro cada una, fueron recubiertas por una membrana elastomérica de poliurea que impermeabiliza y asegura una mejor conservación a largo plazo

“Seguramente es lo que más vivirá de toda mi obra”, expresó el artista mediante un video.

Aunque estuvo presente, al artista de 88 años sólo se le escuchó en el video. Ahí agradeció haber sido invitado a participar de este proyecto que ensalza las cúpulas del recinto y explicó que para su diseño se inspiró de las piezas emblemáticas de ese acervo museístico, como los esqueletos de dinosaurios, así como de la mitología celeste y biológica, y de la antiquísima historia del Planeta:

“Yo traté de simplificar, claro, y se me ocurrió usar estas estrellas de múltiples picos, de múltiples ángulos que son también como mándalas para meditar con la cúpula del museo. Es parte de la matemática, la aritmética, la geometría sagrada, la Cábala, la mística, todo eso está enlazado en la biología y se puede ver en este museo”.

Añadió que son como “templos biológicos”, basados también en la mitología azteca, griega, egipcia “porque todas las mitologías y todas las biologías están ligadas”.

El reto de plasmar la obra sobre las bóvedas

Por su parte, Mercedes Jiménez, directora del Museo, explicó que la intervención de las bóvedas in situ implicó un trabajo de unos cinco meses, tiempo en el que un grupo de artistas trasladaron a esos muros los diseños concebidos por el creador de origen italiano y asentado en México desde los 3 años.

“La intervención física se hizo por un grupo de artistas también de primer nivel. Ellos interpretaron la obra del maestro y la pusieron. Más o menos duró alrededor de unos 5 meses y tuvimos que sortear algunos retos como la lluvia”, comentó a Reporte Índigo.

Añadió que para asegurar la conservación de la pieza a largo plazo se utilizaron materiales de última tecnología:

“Tiene primero una poliurea, esto es una especie de impermeabilizante que le da un tono a la superficie liso y lo protege. Es como una coraza protectora y encima de eso tenemos una pintura que contiene otros elementos elásticos que permiten dar color y brillantez.  Ambas cosas se integran muy bien para poder dar esta conservación a las bóvedas, que continúen viéndose con los colores, lo más brillantes posible y que además puedan resistir a la intemperie y a los estragos del sol, que son los que se llevan los colores”.

El conjunto arquitectónico del museo fue diseñado por Leónides Guadarrama en 1964 y recientemente fue remodelado

La realización de esta intervención fue posible con el apoyo de Fundación Coppel, así como de Grupo Jumex y Pinturas Acuario.

Estuvieron presentes en el evento, Marina Robles García, secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México, así como algunos representantes de los patrocinadores del proyecto, como Rocio Abud Mirabent, directora de Fundación Coppel; Romina Stahl Hank y Paty Guerra, miembros del Fideicomiso Todos Juntos por el Museo de Historia Natural.

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