Peces de agua dulce al borde de la extinción
La construcción de presas, puentes y la contaminación de los ríos, son algunos de los factores que están provocando la extinción de especies dulceacuícolas como charales y pescados blancos
Viviana BranGran parte de los peces que habitan en aguas dulces están al borde de la extinción. En México, el deterioro de los sistemas dulceacuícolas es grave, la construcción de presas, puentes, la contaminación de los ríos por la basura que se produce en las zonas urbanas y las millones de toneladas de fertilizantes generadas por los cultivos, son algunos de los factores que están interrumpiendo en la vida de estas especies.
En la actualidad, cerca del 39 por ciento de los peces dulceacuícolas del país están amenazados de extinción, incluyendo numerosas especies endémicas que se distinguen por ser económica, cultural y ecológicamente importantes, revela la información de un estudio realizado entre la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el ABQ Biopark.
El reporte Status and Distribution of Freshwater Fishes in Mexico evaluó el riesgo de extinción de 536 grupos de peces procedentes de aguas dulces, desde las regiones áridas del norte del territorio mexicano, hasta las zonas tropicales de la Península de Yucatán y Chiapas, y el resultado fue que 165 de esas especies son las más propensas a desaparecer.
Topiltzin Contreras MacBeath, investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), asegura que las actividades humanas afectan gravemente a los ecosistemas acuáticos, a través de la sobreexplotación de los peces, mantos freáticos y manantiales.
“No hay manera de que los peces que son sensibles a los contaminantes puedan sobrevivir. El 80 por ciento de los ríos en México ya alcanzaron cierto grado de contaminación y eso afecta por mucho a la biodiversidad. Descubrir que 165 especies están amenazadas es muy duro porque representa un porcentaje muy alto. Los pescados blancos y los charales son parte de los grupos que ahora están en riesgo”, explica el también copresidente de Conservación de Agua Dulce en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Urgencia invisible de rescatar a los peces
Los ecosistemas dulceacuícolas y su biodiversidad son fundamentales para el aprovisionamiento de agua limpia, alimento y medios de vida en México. Los pescados blancos, charales provenientes de los lagos de Pátzcuaro y Chapala, así como los grupos de Chirostoma lucius, C. sphyraena y C. promelas, son las especies que ahora están en peligro de extinción.
Dichos grupos de peces dulceacuícolas son parte fundamental de la cultura mexicana, ya que se han consumido desde épocas prehispánicas y son consideradas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Por otra parte, los manantiales de las zonas áridas, tales como la reserva de Cuatro Ciénegas, están experimentando una severa declinación en el hábitat acuático, debido al crecimiento de la agricultura insostenible y la disminución de los acuíferos subterráneos.
Asimismo, los manantiales El Potosí y Ojo de Agua en Nuevo León se secaron y el daño es permanente, lo que ocasionó la pérdida una gran variedad de fauna acuática, incluyendo al al extinto Cachorrito del Charco Azúl (Cyprinodon inmemoriam).
El investigador Topiltzin Contreras comenta que los peces de agua dulce son importantes por varias razones, una de las más importantes es que la gente que vive en comunidades alejadas depende de los ríos y peces para sustentar su alimento.
Contreras MacBeath también habla sobre la importancia de crear estrategias de conservación efectivas, de mejorar el tratamiento de aguas y de proyectos específicos de la conservación de las especies que están amenazadas.
“El mayor obstáculo al que ahora se enfrenta el sistema dulceacuícola es el desinterés de las personas hacia los organismos acuáticos, a muchos se les hace fácil matar a un pez. La conciencia que se ha tomado sobre otros animales también hace falta en los peces”, expresa el copresidente de Conservación de Agua Dulce en la UICN.