Casual, sin aires de diva y completo dominio de su identidad, Paul McCartney se sube a la camioneta de James Corden para hacer la famosa intervención de su programa televisivo “Carpool karaoke” en donde artistas famosos pasean y deambulan sin rumbo, solo cantando sus melodías más famosas como si fueran cualquier otra persona ordinaria.
Corden se fue esta semana a Inglaterra para producir desde allá el show televisivo que regularmente se hace en Los Ángeles, California y aprovechó para hacer una parada en Liverpool e invitar a un personaje único en su haber, el bajista de Los Beatles.
Apenas el músico se sube al auto y la canción “Drive my car” de 1965 se dispara en la radio, la cual corean a todo pulmón Corden y McCartney, al finalizar el intérprete británico recuerda que su primer melodía la compuso cuando tenía 14 años, “I lost my little girl”, pero esta se hizo pública hasta 1991.
A diferencia de otros “Carpool karaoke” esta intervención entre McCartney y Corden dura poco más de 23 minutos (regularmente el segmento dura entre 10 y 15 minutos) además de que no solo se mantienen vagando en el auto y repasando canciones, los dos artistas hacen paradas estratégicas para recordar los días mohosos de cuando inició el cuarteto de Liverpool, casi a manera de un documental.
Su primer destino es la calle Penny Lane, mientras corean la famosa melodía homónima, McCartney aprovecha para rayar con plumón el letrero de la avenida, tomarse una selfie, saludar a los transeúntes y hasta entrar a una vieja barbería donde alguna vez se cortó el cabello de joven.
Mientras continuaron su camino McCartney recordó cómo es que surgió la inspiración para escribir “Let it be”, fue a través de un sueño con su madre difunta, quien le dijo que se dejara de preocupar de las tensiones que había con el cuarteto en torno a grabar el que sería el último álbum de Los Beatles, acto seguido, interpretaron la canción.
Otra de las breves estancias fue en el viejo domicilio de McCartney de cuando era joven, al interior de la casa hizo memoria de cuando compuso junto a John Lennon “She loves you” y aprovechó para sentarse en el piano de la casa y tocar “When I’m Sixty-Four”.
Para cuando abandonaron la residencia un copioso número de fanáticos ya les esperaba en la calle, queriendo saludar al intérprete de “Yesterday”, continuaron su camino entonando “Blackbird” de la placa doble “The White álbum” de 1968.
Su recorrido finalizó en The Philharmonic Dining Rooms, donde pararon para tomar una cerveza y hacer una aparición sorpresa con quienes se encontraban en el bar, en esta ocasión McCartney se subió al escenario y cantó temas como “A hard day’s night”, “Ob-La-Di, Ob-La-Da”, “Love me do”, “Back in the U.S.S.R” y “Hey Jude”, con la que cerraron su encuentro musical.