Paraíso de gérmenes

Es un fenómeno común en las oficinas de todo el mundo: una vez que un trabajador llega con una gripa o enfermedad, esta rápidamente se distribuye entre sus compañeros.

Lo que comienza como un estornudo, termina en una sinfonía de quejas, ausencias y el sonido de gargantas aclarándose, sin importar qué tanto las víctimas intentaron protegerse alejándose del primer afectado, lavándose las manos de forma casi compulsiva y limpiando teclados y ratones.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
Comparte esta nota

Es un fenómeno común en las oficinas de todo el mundo: una vez que un trabajador llega con una gripa o enfermedad, esta rápidamente se distribuye entre sus compañeros.

Lo que comienza como un estornudo, termina en una sinfonía de quejas, ausencias y el sonido de gargantas aclarándose, sin importar qué tanto las víctimas intentaron protegerse alejándose del primer afectado, lavándose las manos de forma casi compulsiva y limpiando teclados y ratones.

Un estudio presentado en la Conferencia Intercientífica de Agentes Antimicrobiales y Quimioterapia (ICAAC, en inglés), en Washington D.C, parece haber encontrado una explicación.

Los investigadores colocaron muestras de un virus inofensivo para los humanos –pero que tiene una forma similar al norovirus, que causa vómitos y diarrea– en una o dos superficies, como un picaporte o sobre una mesa, de varios edificios de oficinas, hoteles y hospitales.

Durante las horas subsecuentes, en las que el trabajo en las locaciones se desarrolló de manera normal, tomaron muestras de entre 60 y 100 superficies, como las cafeteras, teléfonos, equipo de computación e interruptores de luz.

Según Charles Gerba, uno de los autores del reporte, tras un par de horas hasta 60 por ciento de las superficies estudiadas habían sido contaminadas con el virus, y la primera en “contraer” el virus fue el área de descanso –donde había café y alimentos. En el caso de los hoteles, el transporte de los virus fue realizado principalmente por los empleados de limpieza, cuando pasaban de una habitación a otra.

“Si escuchas a alguien toser en una habitación vecina, el virus podría estar en tu cuarto la siguiente noche”, dijo Gerba a Live Science.

Sin embargo, cuando se dio a los empleados toallas desinfectantes para las superficies, la contaminación se redujo entre 80 y 99 por ciento. Por ello, Gerba aseguró que “la contaminación viral en este tipo de lugares ocurre rápidamente” y que se puede prevenir “con una simple intervención”.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil