La semana pasada me puse a ver cuál era la canción en español número uno en México.
En dos de las estaciones pop más populares del país, la canción más cerca de la cima era “Llorar” de Jesse & Joy.
Decidí escucharla y lo único que pude hacer en sus cinco minutos de duración fue hacer corajes. ¿Realmente merece “Llorar” ser la canción más popular en México?
“Llorar”, que cuenta con la participación de Mario Domm, vocalista de Camila –también conocido como el grupo pop más exitoso en México actualmente–, forma parte de la edición especial de “¿Con quién se queda el Perro?”, álbum nominado a Mejor Álbum Pop Latino en los Grammy. Al parecer, la calidad no estuvo muy elevada este año en esta categoría, considerando que Arjona también estuvo nominado.
La canción es una sufrida balada que bien podría haber sido hecha en cualquiera de las últimas dos décadas, por la simple razón de que suena increíblemente similar a cualquier balada de ese período.
Por poner un ejemplo, “Llorar” tiene la misma estructura que “Mientes” de Camila: un tentativo piano al inicio, acompañado de guitarra acústica a la distancia, un coro impulsado por una lluvia de cuerdas y una letra que se distingue por su placer por la rima fácil digna de poemas escritos en la primaria.
Es así como las rimas lugar/demostrar, nada/equivocada, movimiento/remordimiento, atrás/más, ad infinitum… dan forma a la estructura de la canción y la tripleta de rimas sálvame/despiértame/rescátame acaba siendo el coro de la canción.
Es música que se repite y repite hasta volverse otra canción genérica y diluida que no provoca mayor estímulo. Bueno, realmente no sé qué esperaba de una banda cuyo mayor éxito se basa en la mítica frase “llevarte al espacio sideral y volar como lo hace ‘Superman’”.
Creo que México se merece una mayor calidad en canciones pop. Si esto es lo mejor que la música pop mexicana puede hacer hoy en día, la situación está para llorar.