“Panza llena, corazón contento”, son pocos los que a nivel global pueden decir esa frase frente a un plato atiborrado de manjares. Incluso dejan un espacio para consumir postre y un respectivo café o digestivo.
Sin embargo, para muchos otros la realidad es completamente distinta, ya que se encuentran en situación de pobreza extrema y el hambre es su “pan de cada día”.
Y es que, de acuerdo a Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el mundo produce alimentos suficientes para sustentar a toda la población, pero más de 850 millones de personas siguen padeciendo hambre. Eso equivale a uno de cada 10 seres humanos, de los que 60 por ciento corresponde a mujeres.
No solo eso, cada año el hambre acaba con la vida de más personas que la malaria, el sida y la tuberculosis juntos.
La FAO también señala que aproximadamente el 45 por ciento de las muertes infantiles están relacionadas con la desnutrición.
Mientras que el 80 por ciento de quienes viven en pobreza extrema –en todo el mundo– habita en zonas rurales. La mayoría de ellos depende de la agricultura.
¿Lo peor de todo? Un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo se pierde o desperdicia, de acuerdo a la FAO. Por ello, este organismo trabaja con la campaña #HambreCero, la cual se enfoca en zonas rurales de 130 países distintos e incluye la participación de gobiernos, sociedad civil, el sector privado y otros socios.
El Día Mundial de la Alimentación es, para la FAO, una oportunidad de oro para demostrar que se puede cumplir con el compromiso del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2 – Alcanzar la meta del Hambre Cero en 2030.
El Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas (PMA) indica que una de cada nueve personas no tiene suficientes alimentos para estar nutrido y tener una vida de bienestar.
El PMA agrega que gran parte de quienes habitan en los países en desarrollo padecen hambre.
La casi nula nutrición provoca el 45 por ciento de los fallecimientos en niños que tienen menos de cinco años.
El Banco Mundial puntualiza que 75 millones de individuos de América Latina y el Caribe viven en pobreza extrema. La mitad de ellos corresponde a México y Brasil.
De hecho, la pobreza es la causa principal del hambre y México es el segundo país con mayor desigualdad económica de las naciones que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esto, según el “Reporte Desigualdad” de la Oxfam de 2015.
Otros factores que provocan pobreza son la falta de recursos, la desigualdad y los conflictos entre países.
En la República Mexicana habitan 7 millones de ciudadanos con pobreza alimentaria (55.3 millones de mexicanos).
La desnutrición también afecta a México, ya que según los resultados de un estudio elaborado por Kantar Worldpanel, siete de cada 10 hogares en el país consideran el tema de sobrepeso como una de sus principales preocupaciones, pero solo el 52 por ciento de los participantes hace algo para atender este problema de salud y tan sólo el 45 por ciento dice haber cambiado sus hábitos alimenticios el año anterior.
Se trata de una problemática que inclusive perjudica a los países a nivel económico, ya que la desnutrición le cuesta a la economía mundial “el equivalente a 3.5 billones de dólares”, estima la FAO.
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#HambreCero
La iniciativa del Día Mundial de la Alimentación y el #HambreCero debe importarle a la opinión pública global, así como a gobiernos. Para la FAO el derecho a la alimentación es un derecho humano básico.
E invertir en sistemas alimentarios sostenibles “y desarrollo rural significa emprender algunos de los principales desafíos globales – de alimentar a la creciente población mundial a proteger el clima mundial, y abordar algunas de las causas fundamentales de la migración y el desplazamiento”, dice este organismo internacional.
“Alcanzar el #HambreCero es posible: de los 130 países monitoreados por la FAO, 72 ya han logrado el objetivo de reducir a la mitad la proporción de personas que sufren hambre en 2015; en los últimos 20 años, la probabilidad de que un niño muera antes de los cinco años se ha reducido casi a la mitad, con unos 17 mil niños salvados cada día; las tasas de pobreza extrema se han reducido a la mitad desde 1990”.
El Día Mundial de la Alimentación fue proclamado en 1979, por la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
