México es grande en tradiciones que se acompañan con gastronomía, y en estas fechas se conmemora el Día de los Muertos, una de las festividades con más mística
México es grande en tradiciones que se acompañan con gastronomía, y en estas fechas se conmemora el Día de los Muertos, una de las festividades con más mística. Se piensa que este día los mexicanos podemos reencontrarnos con los seres amados que se han ido del mundo terrenal.
La familia Flores Rodríguez considera que esta fecha es para encontrarse con sus difuntos a través de su recuerdo.
Cempasúchil, papel picado, cirios y pan de muerto son los adornos básicos para cualquier ofrenda o altar para los difuntos. Para Beatriz Flores, la elaboración de pan de muerto se volvió una herencia de familia, ella tenía 10 años cuando un vecino del barrio de San Ignacio en Iztapalapa le pidió permiso a su madre, Asunción Rodríguez, para construir un horno de piedra en su propiedad.
JOHAN, BEATRIZ Y ASUNCIÓN, tres generaciones reunidas para elaborar pan de muerto.EN ESTAS FECHAS el Barrio de San Ignacio se llena de olor a pan, en las calles se percibe el olor a mantequilla, naranja y copal. Los vecinos de Iztapalapa suelen cocinar pan de muerto en diferentes tipos de hornos: piedra, adobe o leña.LA FAMILIA DE BEATRIZ aprendió el ofició de sus vecinos y, con el paso de los años, Rogelio, Lucas, Camelia y Beatriz construyeron un horno de leña; desde entonces adoptaron la tradición de hacer pan de muerto para la ofrenda.CADA AÑO la familia Flores cocina 10 kilos de masa, Camelia hace los huesitos del pan mientras José Luis las bolitas, algunas las rellena con nuez y con chocolateÓSCAR, DE 18 AÑOS, hermano menor de José, se encarga de acomodar los panes de muerto en las repisas. La elaboración se hace al lado del horno de leña, mientras alcanza 220°C.LA ELABORACIÓN de la masa les llevó cuatro horas y el horno lo comenzaron a calentar con leña desde las 8:00 de la mañana.UNA VEZ INTRODUCIDOS en el horno, demoran de entre cinco a ocho minutos en estar listos.BEATRIZ considera que esto es una herencia, una tradición que ha unido a la familia; “la calaverita” para ellos es compartir el pan con las amistades, vecinos y sus muertos.LA PRIMERA VEZ que la Familia de Beatriz cocinó pan fue porque uno de sus hermanos comenzó a elaborarlo, sin embargo, ella realmente aprendió observando a sus vecinos. En la foto, Johan, sobrino de Betty, comienza a amasar la mezcla.
