Ser hijo de un astro de la música hace la vida más fácil, pero una carrera musical extremadamente difícil.
La constante comparación con el patriarca hace que las historias de éxito sean contadas (Charlotte Gainsbourg es un ejemplo). La mayoría, pese al talento que puedan tener, vive bajo la sombra de sus padres y no puede con el peso del apellido. Simplemente parece que nunca pueden dar el salto de calidad (Jakob Dylan y Sean Ono Lennon son parte de esta condena).
Esteban Castro