La tecnología nos mantiene comunicados, informados y a la vanguardia. Pero también está acabando con cada uno de nosotros, a nivel físico y mental.
La frecuencia y el tiempo que pasamos en contacto con algún dispositivo (casi todo el día), está provocando que el cuerpo se dañe poco a poco.
Por ejemplo, la inclinación de cabeza que hacemos para enviar mensajes de texto provoca daños para el cuello y la columna, mientras que también afecta a los tendones y las muñecas, de acuerdo a la American Journal of Physical Medicine & Rehabilitation.
María Alesandra Pámanes