Pablo Rudomín sigue aportando a la ciencia
Junto a su equipo de investigación, el neurocientífico se encuentra estudiando el entendimiento del dolor; con el resultado obtenido, se pueden derivar estrategias terapéuticas
Fernanda MuñozPablo Rudomín, merecedor del Premio de Asturias (1987), le sigue compartiendo a los estudiosos de las ciencias biológicas y de la salud investigaciones especializadas en el campo que le ha apasionado desde el inicio de carrera: la neurofisiología.
De acuerdo con el propio Rudomín, más que formular leyes, los neurofisiólgos analizan comportamientos particulares con los cuales intentan generar modelos aproximados que expliquen el funcionamiento del sistema nervioso.
Con base en ello, hace unos días el también miembro del Colegio Nacional, desde 1993, participó en el seminario Inhibición Presináptica. Crónica de una búsqueda, en el que hizo un recuento de las contribuciones que ha realizado a la neurofisiología.
Durante el recorrido de sus trabajos más importantes, Rudomín hizo énfasis en uno en particular, el cual se encuentra en proceso junto a su equipo de investigación, sobre cómo puede perdurar el dolor, tras una intervención o malestar en el cuerpo. Analiza cómo el tallo cerebral y la médula ósea reaccionan al proceso inflamatorio cuando hay anestésicos de por medio, como la lidocaína.
El impacto de esta investigación es relevante en el entendimiento del dolor, ya que podría derivar en estrategias terapéuticas.
Pablo Rudomín explicó que se sabe que la inyección intravenosa de una pequeña cantidad de un anestésico local, como la lidocaína, administrada antes de una intervención quirúrgica, reduce el dolor posoperatorio en forma significativa, lo que llevó a estudiar el efecto de este analgésico sobre los patrones de conectividad neuronal en la médula espinal, inducidos por la inyección intradérmica de capsaicina.
Lo que hallaron fue que esta sustancia, encontrada en el chile, por ejemplo, cancela de manera temporal la memoria del dolor, a lo que el investigador comentó que estos hallazgos permitieron entender con más detalle los cambios en la conectividad de poblaciones neuronales, generadas durante los procesos inflamatorios asociados con el desarrollo de alodinia (percepción anormal del dolor) y de hiperalgesia secundaria (estado de sensibilidad aumentada al dolor).