Desde su debut hace 11 años, la obra clown Otto demuestra que, aunque pase el tiempo, las emociones siguen intactas. Desde el miedo hasta la esperanza, la ópera prima de la compañía La bomba teatro continúa resonando con audiencias de todas las edades, gracias a su capacidad para sumergir al espectador en un viaje onírico.
Para celebrar este recorrido, Otto regresa al Teatro Julio Castillo, espacio que vio nacer esta obra, ahora con el reto de llegar a las nuevas generaciones.
“Nos encontramos con la posibilidad de darle frescura, una nueva vida. La puesta tiene algunas cosas nuevas que nos permite siempre tenerla vigente, no es tan fácil, porque es un proyecto de gran formato, una producción bastante cara, pero gracias al estímulo EFI Artes, la llevamos a uno de los teatros más importantes de la Ciudad de México”, cuenta la actriz Paola Herrera a Reporte Índigo.
Otto es un payaso que se encuentra listo para iniciar la función cuando, de repente, pierde su nariz. De ella se desenrolla un hilo rojo que lo guiará hacia una gran aventura: un viaje hacia su interior, en el cual se enfrentará a temores y recuerdos.
“Otto pierde su nariz, y nos habla del miedo a perder su identidad y su personalidad, de sentirse desprotegido por ese elemento que representa tantas cosas y que en la vida cotidiana de cualquier persona puede ser cualquier cosa, una emoción que te haga sentir vulnerable.
“No es malo sentirse así, no es malo expresar lo que sentimos, no es malo llorar ante un temor o una incertidumbre, hay que manifestarlo, porque después, hay muchas posibilidades de sanarlo. Somos seres humanos y estamos hechos para eso. La resiliencia es algo que se adquiere, se aprende, alimenta y nos da la posibilidad de superarlo”, agrega la artista clown.
Entre los matices de esta nueva temporada se encuentran las vivencias ocurridas durante la pandemia, como la incertidumbre y el aislamiento. Pero, también el cómo la sociedad se tendrá que enfrentar diversas crisis como la económica o hidráulica.
Además, Herrera destaca el desafío de regresar a los espacios escénicos en vivo y revivir la experiencia teatral ante una infancia cuyo primer encuentro con sus emociones fue de manera digital.
“Estamos viviendo un momento muy particular, pero queremos apostar a que nuevamente esos estímulos visuales y sonoros despierten las emociones que, de alguna manera, se aislaron y congelaron. Creemos que con este tipo de proyectos invitamos a sentir, a sacar esas emociones que pensamos que son negativas, pero que finalmente, hay que vivirlas para transformarlas con el vehículo más importante que es la risa sanadora”, especifica.
Reconciliar con las emociones de la infancia
Otto es un espectáculo Clown, con un lenguaje simple que entrelaza el teatro físico, las artes circenses y la música en vivo, en un montaje de gran formato. Nace de la colaboración entre Aziz Gual y La Bomba Teatro, ambos interesados en impulsar, desarrollar y promover el trabajo del clown. Es un espectáculo sin palabras con el fin de que el público, tanto adulto como infantil, recupere la capacidad de asombro y rescatar la parte humana y el contacto afectivo.
“La pieza nos da la posibilidad de reconciliarnos con nosotros mismos en esta especie de viaje cuando Otto cae desmayado y entra en una ensoñación que lo hace regresar a su infancia y pasar por momentos, tanto buenos como malos, alegres y tristes, así como reconciliarnos con nosotros mismos para sanar nuestros corazones y almas, ser ante todo, mejores seres humanos”, señala Herrera.
El objetivo es fomentar la reflexión y el diálogo abierto sobre las experiencias emocionales, ya sean de desesperación, tristeza o alegría. Además, se busca promover la importancia de contar con una red de apoyo y de sentirse acompañado en el proceso de expresión emocional.
“Las emociones son emociones y hay que vivirlas, expresarlas, sanarlas, transformarlas, y llorar en algún momento. Otto se siente desesperado, desolado, pero en este viaje va a encontrar muchísimas cosas que tenía perdidas, porque la vida es así, una mezcla de lo dulce y lo salado”, sostiene.
El arte ande al adversidad
La compañía La bomba teatro ha enfrentado numerosos desafíos en su trayectoria, desde la búsqueda constante de apoyos institucionales hasta la adaptación a un entorno cultural en constante cambio. Además de poder poner en alto los espectáculos clown.
“Hemos luchado por apoyos institucionales, a las becas. Sabemos que como compañía profesional independiente siempre es necesario tener estos apoyos, pero es muy claro y evidente que actualmente es más difícil obtenerlos, después de la pandemia, los presupuestos están enfocados a otros sectores, y eso lo hace más complicado.
“Incluso, en la iniciativa privada con la que a veces trabajamos y colaboramos. No es fácil el tema de la partida presupuestal que se asigna a cultura, pues siempre ha sido el último eslabón; sin embargo, la compañía ha logrado mantenerse a flote”, reflexiona
A pesar de los desafíos, la compañía ha logrado mantenerse gracias a su perseverancia y al respaldo de programas como el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Teatral Nacional, recurso que les han permitido programar temporadas anuales y llevar a cabo proyectos ambiciosos, como la obra Otto.
“A nosotros nos ha funcionado, no es fácil, pero hacemos lo que nos gusta, vivimos para ello. La demanda es extensa, somos muchos artistas y compañías a nivel nacional que sabemos que el camino es difícil, porque postularte en estos últimos tiempos a un estímulo se ha convertido en una cosa enloquecida, de diversos trámites burocráticos y administrativos y que cada vez son más requisitos, pero hay que adaptarnos”, concluye Paola Herrera.
Detrás de escena
- Dirección e idea musical: Aziz Gual
- Dramaturgia: Aziz Gual y Lucía Leonor Enríquez
- Musicalización y arreglos: Bruno Medel, Daniel Paz y Alberto Gallardo
- Diseño de escenografía y vestuario: Vladimir Maislin
- Diseño de iluminación: Sergio López Vigueras y Roberto Paredes
- Producción ejecutiva: Paola Herrera