La agencia de publicidad sueca Studio Total, burló todas las barreras de la dictadura en Bielorrusia e invadió el territorio con 879 ositos de peluche que buscan rescatar la libertad de expresión en ese país, y de paso a las personas que han resultado ser víctimas bajo el régimen de Aleksandr Lukashenko.
Ataviados con máscaras de osos pardos, los pilotos dejaron caer los muñequitos con sus respectivos paracaídas blancos –color de paz por excelencia– y con letreros que aludían a la causa.
Algunos de los mensajes decían: “Apoyamos la lucha de Bielorrusia por la libertad de expresión”.
El proyecto está titulado “Teddybear Airdrop, Minsk 2012” y es totalmente pro bono y a nombre de Charter 97, el sitio Web de los medios de comunicación de la oposición de Bielorrusia.
Para entender el propósito de esta campaña, Studio Total usa esta frase: “Un dictador puede ser odiado, despreciado o temido. Pero la única cosa a la que no puede sobrevivir es a que se rían de él”.
Y como era de esperarse de una dictadura, la respuesta del gobierno no fue grata; la autoridad manipuló las noticias de la invasión, editaron los videos y las fotografías fueron modificadas con Photoshop para desmentir que haya sucedido una invasión tan vergonzosa. Pero la voz de la democracia y los testigos han autentificado el suceso.
De hecho, el gobierno de Lituania apoya la versión de los testigos, alegando que los aviones sí sobrevolaron el territorio.
¿De dónde surgió la idea de arrojar ositos de peluche de manera clandestina? Studio Total explica en su página Web que la idea surgió a raíz de una campaña de artistas bielorrusos con animales de peluche. Por supuesto, el dueño fue detenido.
Y en un mundo en el que se escriben 8 mil artículos sobre el iPad y hasta 109 mil sobre Kim Kardashian, dicen en Studio Total, era un reto prosperar con tan solo 79 notas relacionadas a la oposición bielorrusa. Así que analizaron la situación y dijeron: “Fuck this. Let’s be really irresponsable for a change” o “Al diablo con esto. Seamos realmente irresponsables por un cambio”.
Pero este ejercicio de democracia y búsqueda de libertad ya está pagando las consecuencias. Según reportes, la KGB ya ha arrestado a ciudadanos bielorrusos que se involucraron en el proyecto de los “teddy bears”.
Dos ejemplos de personas detenidas son Syarhei Bashamirau y Anton Suryapin, ambos bajo los cargos en contra de lo que se estipula en el Artículo 371, Parte 3: “Intención de cruzar ilegalmente la frontera de la República de Bielorrusia, con un grupo organizado”.
Lo irrisorio es que mientras el gobierno de Lukashenko se ha encargado de desmentir que tal invasión haya sucedido, la KGB persigue y acusa a estas personas por hechos que no sucedieron (según ellos). Anton Suryapin fue acusado por subir fotografías de la invasión a su sitio Web.
Oasis a la inversa
Bielorrusia es considerada como la última dictadura europea. Además, es el único país en el Viejo Continente que permite la pena de muerte.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) incluyó a este país –junto a Baréin–
en su lista de los “Enemigos de Internet”, en el marco del Día Mundial Contra la Censura Cibernética en marzo pasado.
Después de la reelección de Alexander Lukashenko en diciembre de 2010, se agudizó la censura y la represión contra la libertad de expresión: según RSF, unos 100 periodistas fueron interrogados en 2011 y más de 30 fueron encarcelados por ejercer su profesión. Los periodistas son acosados, encarcelados y torturados.
La intimidación a través de Internet también es común en Bielorrusia. “Para todas aquellas personas que irán a la plaza de la ciudad (…) Tendrán que responder por sus acciones”, decía una entrada de Twitter del Ministerio del Interior en una de las manifestaciones postelectorales.
Democracia amagada
Charter97.org es una página Web que reúne una extensa recopilación de información y noticias que se actualizan constantemente sobre distintos medios de información de la oposición a la dictadura en Bielorrusia.
Desde que se descarga la página, la voz de la democracia grita en cada post. Su fundador fue el periodista y activista Aleh Byabenin, quien fue secuestrado en 1997 y golpeado brutalmente en 1999 por simpatizantes de la extrema derecha, relacionados a la KGB.
En 2010, meses antes de las elecciones, Byabenin fue asesinado. Se manejó el caso como un suicidio, pero las pruebas señalan un homicidio.
Esta página Web es la fuente de noticias más importante, que no forma parte del gobierno, que denuncia sus abusos contra los derechos humanos, corrupción y actividades.
Los comentarios son anónimos y la valiente editora y CEO en turno de esta plataforma es la periodista Natallia Radzina, quien fue golpeada y encarcelada en las elecciones de 2010, en las que fue reelegido Alexandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia desde 1994.
Todos podrían pensar que es fácil manejar una plataforma en Internet en contra de un gobierno, pero Charter97.org ha librado batallas como infecciones de virus, ataques al servidor, confiscación de equipo, phishing y la creación de un sitio alterno falso.
Radzina huyó de Bielorrusia pero el sitio sigue y la lucha por la democracia y la libertad de expresión también.
Studio Total
“El mundo está hecho de historias, no de átomos. Desde el Manifesto del Partido Comunista hasta Pokémon; historias de marcas, arte, personas y dioses compiten por un lugar en nuestra mente. El vuelo es eterno, las batallas siempre cambiantes. Desde los titulares del momento hasta los susurros de los amantes en las noches”, dice la página Web de esta agencia de publicidad sueca.
Y la describe perfectamente, porque abarca todo sin límites y tienen como objetivo “revolucionar la publicidad”.
La pequeña agencia asegura que comprar un anuncio es como “pagarle a un amigo para que te escuche”, por eso ellos miden el éxito con la cantidad de personas con las que pudieron “hablar” cuando emiten sus mensajes.
Han sido considerados controversiales y llaman la atención por sobrepasar los límites… y tienen razón. Los fundadores son Per Cromwell, Tomas Mazetti, Linda Karlsson y Hannah Frey.
Y si de pasar fronteras se trata, los suecos de esta compañía dicen que “nuestra defensa de ir ‘muy lejos’ es que (eso) nos lleva a lugares interesantes”. Un ejemplo claro es la “caída” de los “teddy bears”.