Osgood Perkins presenta su nueva película de horror, “Longlegs: Coleccionista de almas”

La película sigue los pasos de la agente del FBI, Lee Harker, interpretada por Maika Monroe, quien se ve envuelta en una investigación que desafía la lógica. Lo único que vincula estos asesinatos es una firma encriptada

Entre lo terrorífico y lo onírico, el cineasta Osgood Perkins tejió una vez más un relato oscuro y perturbador con su nueva película: Longlegs: Coleccionista de almas.

La historia sigue a Lee Harker, una joven agente del FBI que, al perseguir a un asesino en serie, se sumerge en un mundo oculto donde las pistas esotéricas y los crímenes rituales dibujan el escenario de una pesadilla.

Lo que diferencia a Longlegs de las películas de terror tradicionales no es simplemente la narrativa de persecución y asesinatos, sino la habilidad de Perkins para crear un ambiente de terror inescapable que persiste, incluso, después de que la pantalla se apaga.

Perkins, conocido por trabajos anteriores como I Am The Pretty Thing That Lives In The House y The Blackcoat’s Daughter, ha sido descrito como un maestro del terror psicológico. Sus películas se alejan del típico horror sangriento para sumergir a los espectadores en atmósferas cargadas de una profunda incomodidad emocional.

En Longlegs, el cineasta lleva esta habilidad un paso más allá, creando una película que, como describe el propio director, se siente más como una “mezcla de terror”, en la que elementos dispares del género se combinan para crear una experiencia única.

“Esta película tiene un poco de todo cuando se trata de las expectativas del género. Hay una masacre con un hacha. Hay un asesino en serie. Está el diablo y el FBI. Hay muñecas espeluznantes. Hay graneros inquietantes. Tiene un poco de todo”
Osgood PerkinsCineasta

Maika Monroe explica cómo es su personaje en la película

Lee Harker es una joven agente del FBI, recién llegada al mundo de la investigación criminal, que destaca por su aguda percepción y su capacidad para detectar patrones donde otros ven solo caos. Aunque podría recordar a otros personajes icónicos del cine, como Clarice Starling en *Silence of the Lambs, Harker tiene su propia identidad, marcada por una desconexión emocional del mundo que la rodea y una intuición casi sobrenatural para resolver crímenes.

Monroe admite haber tomado inspiración de personajes como Lisbeth Salander, de The Girl with the Dragon Tattoo, quien, al igual que Harker, se siente una forastera en su propio entorno. Esta desconexión de la realidad no solo define a Harker como personaje, sino que también juega un papel central en la narrativa.

A medida que se adentra más en la investigación, las líneas entre lo real y lo imaginario se difuminan, creando una atmósfera en la que la amenaza de Longlegs se convierte en algo casi omnipresente.

No se trata solo de un asesino; es una figura que parece ocupar cada rincón oscuro, cada susurro en el viento. “Longlegs es una presencia que, aunque invisible, se siente en todas partes. Es una energía que se impregna en cada escena”, explica Monroe.

Conoce la mitología de Longlegs, un asesino peculiar

El asesino en el centro de la trama, conocido solo como Longlegs, es un enigma tanto para los personajes de la película como para la audiencia. Este misterioso personaje deja tras de sí una serie de crímenes perturbadores: padres que matan a sus familias antes de suicidarse, todos ellos bajo la influencia de una entidad que parece no dejar rastro físico alguno.

Lo único que vincula estos asesinatos es una firma encriptada, un código dejado para que las autoridades lo encuentren, siempre firmado con el mismo nombre: Longlegs.

Su figura se despliega lentamente a lo largo de la película, como una niebla que envuelve la narrativa y la mente de los personajes. La audiencia se encuentra en una constante lucha por comprender la verdadera naturaleza de este ser, una lucha que se ve exacerbada por la falta de respuestas claras y la creciente sensación de estar atrapados en un sueño lúgubre y opresivo.

“Es como si el propio Longlegs se infiltrara en la película. Como si estuviera presente en cada fotograma, acechando desde las sombras”, afirma Perkins.

Longlegs: Coleccionista de almas se estrena en México el próximo 29 de agosto en la mayoría de las salas de cine

El monstruo de Longlegs es interpretado por Nicolas Cage

Una de las decisiones más intrigantes de la película es la representación física de Longlegs. Interpretado por Nicolas Cage. Su personaje es una figura perturbadora, en parte por lo que revela y en parte por lo que oculta.

La película juega constantemente con la idea de mostrar solo fragmentos de su cuerpo o rostro, lo que aumenta la ansiedad y la intriga del espectador. Esa decisión se inspiró en clásicos del terror, como El Fantasma de la Ópera, de Lon Chaney, donde el monstruo es tanto un objeto de terror como de empatía.

La transformación física de Cage en Longlegs es el resultado de un trabajo detallado de maquillaje y prótesis dirigido por Harlow MacFarlane. La apariencia de Longlegs es un reflejo de su obsesión por el diablo, lo que lo ha llevado a someterse a múltiples cirugías plásticas fallidas en su intento por impresionar a las fuerzas oscuras a las que sirve.

“Quería que Longlegs fuera alguien que intenta desesperadamente parecer bello, pero cuyo esfuerzo ha resultado en algo profundamente perturbador”, señala MacFarlane.

El poder del sonido y el video

Uno de los aspectos más destacados de la película es su diseño sonoro, obra del editor de sonido y diseñador Eugenio Battaglia. Su trabajo es crucial para establecer el tono de inquietud que permea toda la película, desde el sonido exagerado de los pasos hasta los efectos subliminales en la banda sonora.

El sonido no solo acompaña la imagen, sino que la trasciende, creando una experiencia sensorial que invade los pensamientos subconscientes del espectador. Battaglia se inspiró en el vínculo histórico entre el rock y el ocultismo para desarrollar un paisaje sonoro hipnótico y perturbador.

Por su parte, el trabajo del director de fotografía, Andrés Arochi, también juega un papel esencial en la creación de la atmósfera opresiva de la cinta.

Arochi y Perkins optaron por un enfoque visual que utiliza el espacio vacío para amplificar el aislamiento y la desesperación de los personajes. Las tomas amplias y desoladas, en las que los personajes parecen perdidos en un paisaje vasto y sombrío, refuerzan la idea de que hay fuerzas más allá de su comprensión que los rodean en todo momento.

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