Nueva Zelanda, la tierra de los fiordos, volcanes y glaciares, recibió desde hace un año a la cantautora ecuatoriana Oriana Setz, quien llegó con fines vacacionales, pero por la pandemia, éste se convirtió en su nuevo hogar y en el que se ha podido inspirar para seguir con su mayor pasión: la música.
Durante esta estadía fue invitada a componer una pieza que musicalizará la serie documental New Zealand Stories, en la que, aproximadamente, cada mes se conocerá la historia de los inmigrantes latinos en ese país.
Con el sencillo “Lejos”, la cantautora ecuatoriana reafirma que la música es su medio de escape, pero, a su vez, la forma de conectarse con las personas, a través de la letra y el contenido lírico, porque ésta tiene el poder de sanar y cambiar el ánimo.
“Como inmigrante, ha sido una gran experiencia individual y colectiva; lo que yo menciono en la letra no sólo es sobre mí, estoy hablando de todos los que estamos acá y de la dificultad de irse y dejar tu país de origen. Hay bastante gente que tiene un título, una educación formal y está trabajando en una cafetería o en otra cosa. Muchos se van con ganas de estar afuera, pero siempre te da la sensación de que estás lejos y ahora con la pandemia se siente mucho más”, relata Oriana Setz para Reporte Índigo.
En la letra se habla de que muchos escaparon por injusticias, dictadores, dejaron la bandera en manos de los padres o llegaron a esas tierras para andar por las calles seguros.
Para la cantautora fue un gran privilegio realizar esta pieza, porque hace cinco años estudió en Estados Unidos, más este año en Nueva Zelanda, sin poder llegar a Ecuador a ver a sus seres queridos, por lo que el tema de la inmigración ya era algo que sabía cómo se vivía y sentía.
“Cuando no pude salir de Nueva Zelanda me sentí triste por no poder ver a mi familia y amigos, pero no estuvo tan mal porque acá estamos más tranquilos respecto al tema de la pandemia, ya me estoy acostumbrando. Este proyecto me ha ayudado a crecer y a sentir que puedo vivir en cualquier parte del mundo y sentirme en casa; de algo que era de mochilazo, se ha convertido en tener otra perspectiva para componer”, expresa.
Conectar con la naturaleza
La tierra de los kiwis ha sido la forma de conectarse con la naturaleza, generando un cambio radical en su ritmo de vida. Los fenómenos naturales, como las auroras boreales y los glaciares la han inspirado; además, el hecho de estar rodeada por casi 5 millones de personas que habitan la isla, le ha ayudado para buscar un crecimiento personal y espiritual.
“Más allá de ‘Lejos’, proyecto con la visión clara que fuera muy latinoamericano y con un poco de folclor e instrumentos acústicos, estoy trabajando en canciones nuevas, serán más minimalistas, más zen; no estoy tratando de incorporar todo al mismo tiempo, ya lo pienso más, ir directo a lo que quiero decir y esto fue gracias a la experiencia de estar en Nueva Zelanda, a haberme expuesto a otra cultura, ideas y otras formas de vivir”, comparte.
Una de las principales barreras fue reaprender el inglés, porque los neozelandeses, de acuerdo con ella, tienen modismos y un acento más fuerte que no entendía. Sin embargo, desde que llegó, la comunidad la recibió bien, incluso dice, les atrae la cultura sudamericana.
“Hay una pequeña comunidad de latinos, al estar con ellos uno siente la necesidad de recuperar sus raíces latinoamericanas, sinceramente me ha costado, pero con este proyecto me conecté más con mi origen de seguir hablado en español, nos ayudamos a reconectarnos. También los neozelandeses tienen interés por nuestro idioma, nos hacen sentir que hay oportunidades de crecer, poco a poco, vas encontrado un hogar”, confiesa.
Una nueva vida para Oriana Setz
A lo largo de estos meses, Oriana Setz también se ha nutrido de la industria musical de Nueva Zelanda y de las oportunidades laborales que ofrece. Al inicio, empezó trabajando como voluntaria para cuidar casas cuando los dueños salen de vacaciones o, como ahora, atendiendo una cafetería, en donde ha tenido la oportunidad de conocer a más gente y conocer la cultura local.
Este viaje le ha permitido ser más independiente, conocer músicos, poder cantar en vivo en otro lugar, experiencias que la han hecho más fuerte. El año pasado realizó su primer show en español junto a su pareja, quien la acompañó tocando la guitarra.
“Me di cuenta que la música es un idioma y que tranquilamente puedo cantar en español. Actualmente he tenido más presentaciones, en donde encontré una conexión con las bandas locales y con la escena indie alternativa de la ciudad, aunque también hay reggae, rock y pop. La gente me dice que nunca habían oído algo así, me hace sentir bien que les guste mi música, de hecho mi música ya fue agregada en una playlist de sonidos indie y de folclor latino, eso me hace muy feliz”, comparte.
Con su música, Oriana Setz quiere transmitir a las personas ánimo y alegrarles el día, pues a ella le ayudó mucho de pequeña al ser su salvación.
“Me gusta escribir mucho de autoempoderamiento, de amor propio, de salud mental, quiero hablarlo con mi música. Puede ser divertida, pero exprimirle el jugo y saber qué tan lejos puedo ir con ella y cambiarle la vida a alguien”, expone.
Su filosofía de vida es aprovechar cada momento y no quedarse estancada pensando en todo lo terrible que está pasando a nivel mundial. La música salió a su rescate durante este encierro, en la composición, en la creatividad e inspiración que puede experimentar en Nueva Zelanda.
La naturaleza aquí es increíble, sales de la ciudad y en unos 20 minutos ya todo es verde, montañas, ríos, es increíble, la verdad siento que me estoy perdiendo un poco de la historia del mundo. Sin embargo, pienso que uno no tiene que irse al otro lado del mundo, como yo lo hice, para sentir eso, uno puede salir de su ciudad y puede hacer un cambio”, culmina.