En 2015, cuando Doland Trump tomó como bandera de campaña su odio contra los migrantes, principalmente los mexicanos, la artista chicana Olivia Barrionuevo ideó una instalación artística contra ese discurso para celebrar la diversidad y hacer notar que migrar es una condición natural de los seres humanos.
Así nació El vuelo de la monarca, una instalación itinerante con mariposas de seda que cuelgan y envuelven a quienes se acercan a ella. La pieza trasciende el espacio físico, pues los espectadores están invitados a compartir sus testimonios escritos o videograbados y son retratados por la artista. Esos rostros e historias las comparte luego en su blog.
El proyecto, que actualmente se exhibe en una muestra colectiva de artistas chicanas en la galería de El Camino College, en Los Ángeles, California, suma ya 500 retratos de personas de distintas nacionalidades y orígenes. Todos con un mismo mensaje: todos somos migrantes.
“La inmigración ha pasado a ser un problema global, ya no nada más de México y Estados Unidos sino también de Sudamérica, de otros países europeos, como Ucrania. Por diferentes razones estamos migrando y, para mi como artista, darle voz positiva a esto es importante”, dice en entrevista con Reporte Índigo la artista que planea traer su instalación el próximo año a la Ciudad de México.
Formada como fotoperiodista y ex corresponsal de medios mexicanos en Los Ángeles, Barrionuevo cuenta que la instalación nació hace casi 10 años como una respuesta al discurso de odio del entonces candidato presidencial que amenaza con volver al poder y endurecer las políticas migratorias en Estados Unidos:
“El proyecto empezó en 2015 cuando Trump estaba presentándose por primera vez como presidente y estaba utilizando al mexicano como una punching bag, diciendo que llevamos todo lo negativo; yo quería enfocarme en lo hermoso que traemos como cultura mexicana, pero también como seres humanos, porque en el proyecto hay personas que son franceses, italianos, sudamericanos. La idea es unir todas estas voces y ser una fuerza de algo positivo, no algo negativo ni amarillista”.
Poco a poco, el proyecto ganó fuerza y en el contexto político actual de Estados Unidos su mensaje ha vuelto a cobrar vigencia, pues ahora los discursos xenófobos se han extendido a migrantes de otras geografías. “Ahora no son solo los mexicanos, son los haitianos, de quienes se dice que se comen a los perros. También se trata de darles voz a ellos”, resalta Barrionuevo.
Explora la metamorfosis identitaria
En el centro de su discurso artístico está la mariposa monarca, “como una metáfora de nosotros como humanos”, en un planeta donde ambos seres luchan por sobrevivir y compartir un ecosistema.
La instalación, que se ha presentado en distintas galerías de EU, como en Los Ángeles y en Arizona, despierta lecturas diversas, tanto por su mensaje de celebrar la diversidad étnica, como por el cuidado de los ecosistemas que llega habitar este insecto que cada año viaja miles de kilómetros entre México, Estados Unidos y Canadá.
“En cada lugar donde nos hemos presentado hay diferentes audiencias, hay quienes se interesan por el medioambiente, otros que les interesa hablar sobre la metamorfosis que vivimos como seres humanos al reinventarnos o readaptarnos a otra cultura”, abunda la artista.
Añade que ahora, al ser parte de la muestra colectiva “ESMoA Experience 58: Xicana”, los testimonios de quienes participan en la instalación se han centrado en torno al respeto por el ser migrante y a celebrar la identidad chicana: “El chicano se siente mexicano y crece en contradicciones con la comida, con la cultura, con el idioma, pero somos parte de esa cultura que vive aquí en Estados Unidos y que se identifica con sus raíces mexicanas”.
Su formación junto a Annie Leibovitz
Ella misma se define como chicana. Nacida en Nogales, Barrionuevo creció entre México y Estados Unidos. Estudió periodismo en la Universidad de Guadalajara y luego en el Art Center College of Design de Los Ángeles, donde descubrió su interés por la narrativa visual. Comenzó siendo fotoperiodista, trabajando para medios como Los Ángeles Times y como corresponsal para medios mexicanos; luego se especializó en el retrato, un proceso en el que tuvo como guía a una de las exponentes máximas de esa técnica: Annie Leibovitz.
“Tuve la oportunidad de hacer un internado con Annie Leibovitz y el enfoque era el retrato. Fue una experiencia muy bonita en el aspecto de que ella es muy perfeccionista; estando en el set, te transportas a otro mundo porque quieres transmitir no solo lo bien que se ve una persona, sino su alma. Pienso que eso es lo bonito del retrato, poder llegar al alma de la persona que tienes frente a ti y representarlo como tal”, asegura.
“Siempre me han encantado los rostros, pienso que cada uno tiene una historia, que no hay ninguno igual”, añade.
Los retratos que Olivia Barrionuevo ha realizado para El vuelo de la monarca también forman parte de su montaje, aunque siempre depende del espacio asignado. En la exposición ESMoA Experience 58: Xicana se pueden ver 30 retratos.
Próxima parada: CDMX
La instalación de la artista se exhibirá hasta mediados de diciembre en la galería El Camino College, en Los Ángeles. Después, la artista planea traerla a la Ciudad de México para montarla en un espacio público.
“Todavía estamos viendo los permisos y el espacio, pero sería una instalación pública en Ciudad de México”, adelantó.