Ante la incertidumbre que se vive en el mundo por la pandemia de COVID-19 que parece no acabar, la gente se ha refugiado en el arte para poder sobrellevar estos duros momentos. Para muchos, la música y la bohemia ha sido el vehículo perfecto para escapar de esta realidad.
“Nosotros hemos sido invitados para hacer una bohemia, pero al llegar los tiempos que corren, los tiempos pandémicos, comenzamos a cambiar el plan para hacerlo online por las dificultades de lo presencial y, francamente, ha sido una experiencia muy linda”, confiesa Inzunza, en entrevista con Reporte Índigo.
La noche de bohemia será transmitida el viernes 30 de abril, a las 20:30 horas, desde el estudio del maestro Edgar Oceransky, en Querétaro, y contará con la conducción de René Franco.
“Será como una carambola a tres bandas, por decirlo de alguna forma, con tres compositores, lo cual se convertirá en un conversatorio, algo muy difícil de atestiguar para las personas, que es la conversación que tienen los autores cuando están en bohemia, en casa”, explica el músico.
Este espectáculo revelará mucho sobre la conversación artística y emocional que tienen los cantautores, quienes durante la noche irán hilvanando historias, música y canciones. Será como una ventana que le permitirá al público conocer lo más íntimo de estos artistas.
“Cuando nos reunimos en la casa de alguno de los amigos se genera esta dinámica de ping-pong de canciones y eso es lo más interesante de una bohemia, que podemos contar las historias de las canciones y, particularmente, nosotros que estamos en el género de la canción de autor o de la trova, también hay una amenaza anecdótica interesante”, asegura.
Los trovadores, dice Inzunza, son coleccionistas de esas historias, casi se podría decir que son autobiográficos cuando están escribiendo, a diferencia de otros compositores que a lo mejor están más ocupados haciendo canciones a la medida para cantantes.
Miguel Inzunza explica que tendrá a la mano una lista de canciones para poder “dialogar cancionísticamente” con sus compañeros. Durante la noche del viernes, irá seleccionando, como si estuviera jugando dominó, cuál sacar para ir conversando sobre varios temas.
“Estamos planeando también algunas colaboraciones con Ale y con Edgar, lo cual me emociona mucho porque son dos increíbles intérpretes, además de ser compositores, entonces, la amenaza de pasar un rato de placer y disfrute es muy grande”, indica.
Para Inzunza, esta bohemia puede ser el pretexto perfecto para que la gente haga una cita cibernética con la persona importante de su vida, ya que ellos siempre son muy felices de poder participar siendo cómplices de la sinergia que hay entre las personas y sus historias.
“Las bohemias son muy alcahuetas y esta es una gran provocación. Creo que nosotros tres tenemos muchas afinidades y estamos encontrando colaboraciones en varias ocasiones, así que esto puede ser una piedra que funde nuevas complicidades; no tenemos nada en el tintero ni en el calendario, pero creo que se antoja mucho”, expresa.