Oceana se lanza al rescate de los mares en México
La organización internacional Oceana metió un amparo contra los legisladores mexicanos para regular la pesca y el cuidado de las especies en los mares del país, porque se carece de una práctica realmente sustentable a favor de la naturaleza
Hidalgo NeiraLa gran flora y fauna marina de México es abundante y rica en contrastes; sin embargo, nada de estos recursos naturales son eternos y, en estos momentos, se está más cerca de la extinción que de lograrse un plan para preservar el futuro de la biodiversidad. Ante esta grave problemática ecológica, la organización internacional Oceana interpuso un amparo en diciembre de 2021 contra el Congreso de la Unión, debido a que, en las últimas cinco legislaturas, ningún diputado o senador ha presentado iniciativas de ley para proteger a los mares de México.
“Se presentó el 7 de diciembre, se admitió en todos sus actos reclamados por el juzgado sexto de distrito en materia administrativa. De lo que trata es de denunciar y dar a conocer que en más de 15 años, el poder legislativo no ha promulgado una ley que garantice la abundancia y disponibilidad de los peces, puede parecer algo trivial, pero es una ley que tutela los recursos naturales marinos en favor de la nación”, platica Esteban García-Peña, director de campañas de pesca en Oceana.
La ley que actualmente existe privilegia el volumen y la pesca a niveles industriales y deja de lado a las pequeñas embarcaciones y pescadores que habitan en comunidades pequeñas; el número asciende a 300 mil trabajadores y personas afectadas alrededor de esta labor, dice el ejecutivo del organismo internacional.
“De 730 especies pesqueras, aproximadamente, en los océanos de México, el 43 por ciento está en malas condiciones, al borde del colapso o a punto de perderse y, desafortunadamente, esa mayoría de especies es, precisamente, de la que dependen estos pescadores que han sido menos favorecidos, que son los ribereños o también conocidos como artesanales”, afirma García-Peña.
Al no haber una recuperación de las especies, también se genera un detrimento en el ecosistema marino y, por ende, en la economía de estas comunidades pesqueras; es decir, es un círculo vicioso en el que México está entrando y de no lograr salir lo único que se provocaría sería un problema no solo monetario, sino de medio ambiente.
“A nivel mundial si se restauran las pesquerías que hoy están deterioradas, más o menos, van a comer al día mil 500 millones de personas más. En México, si se restauran los mares, dos millones de personas van a poder comer pescados al día”, revela Esteban.
Mientras continúa el proceso de demanda de amparo, la organización ya comenzó a tener pláticas con legisladores para que se haga realidad una ley, pero esto todavía está por verse, ya que la agenda política responde a distintos intereses, expresa García-Peña.
Vaquita y totoaba, en opacidad, preocupación de Oceana
El boom por hablar acerca del rescate de la vaquita marina sucedió en el sexenio pasado, incluso, personajes internacionales como Leonardo DiCaprio se manifestaron para que se hiciera un esfuerzo masivo por detener la pesca furtiva de la totoaba y otras especies que le han provocado un daño colateral al mamífero más pequeño del océano.
Sin embargo, después llegó un silencio mediático y poco se sabe cuántos ejemplares realmente están vivos y cómo se avanza en este tema desde lo legal. García-Peña platica que desde Oceana hay una preocupación real, pero prefieren dejar este tema en manos de otros organismos que están dando un seguimiento puntual al caso.
“El tema de la vaquita marina que está exacerbado por los intereses para pescar la totoaba es el reflejo de la total discrecionalidad que ha habido por parte de la autoridad de atender o no el problema de agotamiento o extinción de especie, por eso nuestra demanda es para obligar la atención del Congreso”, subraya.
Actualmente, la totoaba empieza a desarrollarse en granjas para el consumo en México, pero esto no mitiga en absoluto el problema que existe con la vaquita ni con la depredación de esta corvina blanca del Mar de Cortés.
“Las granjas están hechas para dotar un mercado de productos, no para subsanar un problema de biodiversidad, ni para garantizar la conservación de especies. Se crían los alevines en laboratorio, se ponen en jaulas, se engordan, se sacan y se venden, es muy diferente; sólo conozco al laboratorio del Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora que produce alevines y hace liberaciones de totoaba”, refrenda García-Peña, director de campañas de pesca en Oceana.
2050: Más plásticos que peces
El año pasado el secretario general de la ONU, António Guterres, dio a conocer un dato alarmante que se ha vuelto la frase de propaganda para los conservacionistas y protectores de la ecología marina: Para el 2050 puede haber más plástico que peces en el mar.
Ante este pronunciamiento, Esteban García-Peña manifiesta que en México nada se está haciendo para que haya un cambio reversible, al contrario, se solapa todo con reciclaje.
“No hay nada que pare la producción de plásticos desechables y se están saliendo por la tangente, se acaba de autorizar en el senado una reforma a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos de una propuesta de ley general de economía circular, que apuesta por el reciclaje, pero en México solo existe la capacidad instalada para reciclar el 5 por ciento y no todos los plásticos son reciclables”, indica.