Por primera vez se observó a una vieja estrella devorarse a un planeta. Luego de quedarse sin combustible en su núcleo, el astro comenzó a crecer hasta consumir completamente a su vecino rocoso. De hecho, el mismo destino le espera a la Tierra, pero para eso falta mucho tiempo.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) estima que en unos 5 mil millones de años, nuestro propio Sol pasará por un proceso similar. Es tiempo suficiente para que la humanidad averigüe cómo salir del planeta.
Es decir, nuestra estrella probablemente incrementará 100 veces su diámetro actual y se convertirá en una gigante roja. En ese proceso, el Sol absorberá a Mercurio, Venus y posiblemente la Tierra.
Una observación sin precedentes
La observación se documentó en un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Nature. Se trata de un hecho sin precedentes. Si bien se habían identificado muchas estrellas gigantes rojas y se sospechaba que habían consumido planetas cercanos, el fenómeno nunca se había observado directamente.
“Este tipo de fenómeno ha sido pronosticado durante décadas, pero hasta ahora nunca hemos observado realmente cómo se desarrolla este proceso”, dijo para la NASA Kishalay De, astrónomo del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) en Cambridge y autor principal del estudio.
Con las manos en la masa: Astrónomos detectan por primera vez cómo una estrella moribunda se expandió y absorbió un planeta del tamaño de Júpiter. En unos 5.000 millones de años, nuestro Sol pasará por una transición similar al final de su vida: https://t.co/tHDD6t1bVr pic.twitter.com/g5r09Ny1UI
— NASA en español (@NASA_es) May 5, 2023
El fenómeno fue descubierto a través de diferentes observatorios terrestres junto con el telescopio espacial Explorador de inspección de infrarrojos de campo amplio de objetos cercanos a la Tierra (NEOWISE, por sus siglas en inglés) de la NASA.
El planeta que fue devorado por su estrella era de un tamaño similar al de Júpiter. Además, se encontraba a una distancia menor a la que se encuentra Mercurio de nuestro Sol.
Cabe destacar que la estrella en cuestión se encuentra en este momento en la fase final de su vida. Pese a que está por “morir”, todavía puede durar más de 100 mil años en su estado actual.
Al devorar al planeta, se observó que la estrella aumentó temporalmente su tamaño y su brillo incrementó algunos cientos de veces debido a la transferencia de energía. No obstante, observaciones recientes encontraron que el astro ya volvió a su brillo y tamaño previo a “comerse” a su vecino rocoso.