La obra Por temor a que cantemos libres presenta un homenaje a las mujeres que desafían los roles impuestos

Lizeth Rondero desafía los estigmas de la sociedad machista con un espectáculo que rompe con los tabúes y muestra la capacidad de las mujeres para transformar sus propias historias
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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En el corazón de la obra Por temor a que cantemos libres, se encuentra la historia personal de Lizeth Rondero, quien reconoce y celebra el legado de su abuela, Julieta García Rello, persona que la inspiró para escribir esta obra que cumple 200 representaciones este año y lo celebrará en el  Teatro María Tereza Montoya y el Centro Cultural del Bosque, durante el mes de mayo.

Nacida en una era donde las mujeres apenas tenían voz en sus propios destinos, la vida de su abuela se convierte en inspiración y reflexión.  En cada línea de la obra, en cada gesto de los personajes, la actriz ve reflejadas las luchas y los anhelos de todas las mujeres que desafiaron las normas establecidas.

Es en este reconocimiento que encuentra su gratitud hacía Por temor a que cantemos libres, un espacio que le ha permitido explorar su propia humanidad, su feminidad y expresión artística de una manera que nunca antes había experimentado.

La obra unipersonal, interpretada por Lizeth Rondero, cuenta con la dramaturgia de Felipe Rodríguez, bajo la dirección de Nora Manneck

“Siento una satisfacción colectiva, de poder lograr hacer teatro y personalmente es una satisfacción artística; un reto como actriz, cantante e intérprete, estar en escena viviendo la vida de estas mujeres, cuyas anécdotas inspiraron un texto poderoso, a mí me ha transformado como persona y creadora”, cuenta Lizeth Rondero a Reporte Índigo.

Lizeth inició este proyecto hace poco más de cinco años para tratar de entender lo que significaba ser mujer en México. Además, de cuestionarse sobre qué es el feminismo; para ello, aclara, decidió alejarse del concepto más global y profundizar en sus vivencias personales.

“Vengo de una familia en donde somos más mujeres que hombres, ellas han empujado el desarrollo y el crecimiento de la familia; mis ancestras son mujeres muy fuertes, eso era un cuestionamiento que yo tenía, lo cual me llevó a una serie de descubrimientos, figuras jurídicas y un devenir de la historia de la mujer en México que me era un poco desconocida, pero  también la apasionante”, añade.

Por nuevos feminismos

Esta introspección la llevó a adentrarse en la historia de la lucha femenina en México, desde la tardía etapa del voto femenino hasta la opresiva figura del “depósito de esposas” en la Nueva España.

 A través de esta exploración, Rondero desentraña conceptos como la perspectiva de género, destaca nombres como Marcela Lagarde, que han contribuido a deconstruir el fenómeno del feminicidio y a visibilizar la violencia de género que aún persiste en la sociedad mexicana.

“En su momento, la perspectiva de género estaba queriendo permear todos los espacios y que pudiésemos ser capaces de contar historias desde otro ángulo. Llegué a una figura jurídica: el depósito de esposas, que fue una suerte de institución Jurídica, en la Nueva España, cuando la Iglesia era el Estado, en donde casi se secuestraba de la vida pública a las mujeres que pedían el divorcio.

“La discusión de la paridad de género se transforma año con año, es apasionante, y ver que la ola de las nuevas generaciones vienen con otras exigencias y perspectivas”
Lizeth RonderoDirectora

“Ahora, no estamos hablando del feminismo de moda, ni de una corriente ideológica, estamos hablando del punto central por el cual esa corriente ideológica comenzó a construirse, que es que los seres humanos somos agentes de derechos igualitarios y tenemos un punto en común que se llama ejercer nuestra libertad”, platica.

Rompe los estigmas

Por temor a que cantemos libres es un pronunciamiento ante los tabúes y estigmas impuestos a las mujeres que desafían los paradigmas de una cultura machista. La obra busca romper con estos estereotipos y mostrar la capacidad de las mujeres para resistir, sobrevivir y transformar sus propias historias.

En un espacio atemporal, una cantante relatará la historia de cuatro mujeres, María Josefa, Doña Gertrudis, María López, Trinidad Ruiz, tachadas de locas y encerradas en la opresiva fantasía de cómo ser mujer.

A través de cuatro monólogos acompañados de canciones al piano, estas mujeres enfrentan las prisiones impuestas por la sociedad, los tribunales, las casas paternas y el Estado, tomando la decisión de ser y eligiendo otro modo de ser libres.

“No sólo pongo espacios físicos, sino también tu rol de madre o esposa, son las prisiones simbólicas y físicas en donde las mujeres han sido encerradas y se han encerrado a sí mismas. Por ejemplo, Trinidad Ruiz, ella no es parte de los juicios eclesiásticos, es conocida como ‘la tamalera de la Portales’, un caso de los años 70 del siglo pasado.

“Creo que las prisiones simbólicas son aún muy fuertes. En la obra decimos que son las prisiones más eficaces. Y creo que ahí es donde todas y todos tenemos que trabajar en lo individual y en lo colectivo”
Lizeth RonderoDirectora

“Dicen que a su abusador, a su marido, lo cortó en pedacitos para hacerlo tamal.

Ella está en un encierro completo, ahí murió. ¿Cuál es su libertad? El monólogo nos lleva a un acto de conciencia y redención, donde reconoce la violencia institucional de la que fue víctima y  la violencia institucional y sistemática de toda una sociedad. Así como ver su propia responsabilidad al asesinar a su marido.  Y eso la lleva a una libertad interna”, opina la actriz.

Rondero desafía los convencionalismos con un espectáculo donde las heroínas no sucumben a tragedias, sino que encuentran su fuerza y en donde la locura no es una sentencia de muerte, sino un catalizador para la transformación y la toma de decisiones.

A través de la obra, las heroínas enfrentan prisiones simbólicas y desafían las ideas preconcebidas, haciendo eco del poder de la libertad individual y colectiva.

“Quise que la locura en este espectáculo no fuese clínica, ni la pulsión de acabar con la vida, pues sería una idea del mandato patriarcal, porque ahí es donde toma su dimensión más grande con el feminicidio. Mi necesidad era no llegara al punto en el que la vida está en juego, sino que hubiera un poder de decisión, ya sea tomando conciencia o transformando absolutamente todos los paradigmas

“A mis heroínas, al final, les va bien, porque toman la decisión de transformar, aquí la locura implica tomar la decisión de preservar la vida”, concluye.

Toma nota

  • Por temor a que cantemos libres celebrará 200 representaciones con una serie de funciones en las que se presentará su versión original, con acompañamiento de piano en vivo
  • Teatro María Tereza Montoya, del 2 al 5 de mayo.
  • Jueves y viernes, a las 20:00 horas; sábado, a las 19:00, y domingo, a las 18:00 horas.
  • Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque. Del 9 al 12 de mayo.
  • Jueves y viernes a las 20:00 horas, sábado a las 19:00 y domingo a las 18:00 horas.
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