La reciente tragedia del equipo Chapecoense ha ensombrecido la final de la Copa Sudamericana de futbol soccer, pues la aeronave en que viajaba sufrió una avería y cayó en una sierra apartada en Colombia.
En la historia del deporte y de la aviación se han presentado numerosos incidentes de este tipo y que acaparan titulares a nivel mundial. En esta ocasión, 71 personas fallecieron, entre ellas, casi todo el equipo brasileño, que se disputaría la primera vuelta de la final de la Copa Sudamericana.
Y contrario a lo que muchos piensan sobre los accidentes aéreos, estos no ocurren con tanta frecuencia como los de auto. Sin embargo, por su gran capacidad de pasajeros son más alarmantes y es casi una constante que “nadie” sobreviva por lo que son más sonados. Pero en realidad son más seguros de lo que se pudiera creer. Lo sorprendente es que inclusive son más seguros en el aire que sobre el suelo o en pleno despegue.
Las causas del desplome de un avión son muy diversas y en este lamentable caso todo apunta a la falta de combustible, según medios colombianos como El Espectador, ya que no hubo ninguna explosión. Además un sobreviviente y tripulante de la nave explicó que antes de llegar a la pista de aterrizaje el avión se quedó sin él. Aunque las investigaciones apuntaban a fallas eléctricas, algo que no deberá descartarse.
Realidad en cifras
De acuerdo con estadísticas de percances aéreos a nivel mundial, estos son en su mayoría causados por errores humanos en un 58 por ciento, seguidos en segundo -y en mucho menor grado de incidencia- por fallas mecánicas en 17 por ciento, así como también el factor climatológico es motivo de accidentes en un 6 por ciento, y por mucho que resulte increíble el sabotaje y terrorismo se ubica en la lista con tan sólo un 9 por ciento, con 10 por ciento se halla el apartado “otros” que se debe en ocasiones a factores que no han podido ser explicados o a un conjunto de fallas en diversas partes del avión que se originaron sin una razón aparente.
Entonces, los motivos por los que un avión se va en picada pueden ser, en su mayoría, evitables puesto que recaen en el ser humano. En la década de 1960 un total de 150 aeronaves se perdieron a causa de equivocación de los pilotos. 40 años después, en la década del 2000, la cifra disminuyó a 107 unidades siniestradas, según información de OAG Aviation & PlaneCrashInfo.com.
Las estadísticas más recientes de la industria de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo muestran que la ubicación es el factor principal en la seguridad de la aviación, según Telegraph África sigue siendo el lugar más peligroso para volar y América del Norte es el más seguro.
Normas de vuelo
Los transportistas establecidos y los de bajo coste están sujetos a las mismas normas establecidas por la Agencia Europea de Seguridad Aérea y son las medidas que rigen la formación de los pilotos y del mantenimiento de las aeronaves.
El accidente del equipo Chapecoense
La aeronave en la que viajaba el equipo de futbol brasileño era un British Aerospace 146 (BAe 146), fue construido por British Aerospace (después por BAE Systems) entre 1983 y 2002.
Su primer vuelo lo realizó en 1999 y aunque se pudiera considerar viejo, el avión ya había demostrado que podía ser bastante seguro para volar.
De acuerdo con estadísticas de planespotters.com la nave cambió de dueños en varias ocasiones. Incluso fue el avión que trasladó a la Asociación del Futbol Argentino (AFA) -de ida y vuelta- en el marco de las eliminatorias sudamericanas, según informó Clarín. El jugador Lionel Messi fue uno de
los pasajeros que abordaron
la nave en aquel entonces.
A menor costo, más alto riesgo
En realidad poco tiene que ver que un avión sea de bajo costo con su probabilidad de sufrir un accidente en pleno vuelo. Es verdad que las aeronaves necesitan piezas de calidad y que la calidad cuesta, pero primero es necesario saber que si un avión es de mala calidad no podrá volar, en segunda y no menos importante, es que un avión que se desploma es mala publicidad para la firma y la aerolínea, ya que las personas no querrán viajar con ellos, lo que provocaría su propia ruina. Y eso, en el negocio de la aeronáutica, no conviene.
Y cuando sucede un siniestro aéreo, la atención se centra en buscar las causas del accidente para poder prevenir tragedias futuras. La prioridad es salvaguardar la mayor cantidad de vidas posibles.
‘Magia negra’
Las cajas negras del avión son las protagonistas en los desastres de estos, además de las tareas de búsqueda y rescate de los pasajeros y tripulación los investigadores tratan de encontrar estas pequeñas cajas a como de lugar. Poco se puede hacer luego del desplome, casi nunca hay sobrevivientes y quienes logran vivir tras el desastre pueden no hacerlo en las posteriores horas debido a la magnitud de los traumatismos, sólo queda buscar la forma de evitar un percance a futuro.
Y aquí es donde entran las cajas negras, que no son negras. En realidad son de color naranja para que su identificación sea más fácil. Estos dispositivos tienen toda la información de la nave, es un registro de vuelo que permite analizar los instrumentos y conversaciones en la cabina previas al siniestro. Se empezaron a usar a finales de 1950.
Pero estas no son mágicas y en ocasiones no tienen todas las respuestas.