Nuevas explosiones cósmicas

Se desconoce su naturaleza, pero ya no son un misterio, sino una “nueva población cosmológica”, según un equipo internacional de astrónomos, encabezado por Dan Thornton, de la Universidad de Manchester, en Reino Unido.

Se trata de cuatro ráfagas de ondas de radio en el cielo, que han sido registradas por el radiotelescopio Parkes, en New South Wales, Australia. De hecho, fue a partir del 2007 cuando los científicos observaron los primeros estallidos de radio bautizados como “fast radio bursts” (FRBs).

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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"Las ráfagas están dando señales de la existencia de un cataclismo que involucra grandes cantidades de masa y energía"
Dan Thornton Autor del estudio

Se desconoce su naturaleza, pero ya no son un misterio, sino una “nueva población cosmológica”, según un equipo internacional de astrónomos, encabezado por Dan Thornton, de la Universidad de Manchester, en Reino Unido.

Se trata de cuatro ráfagas de ondas de radio en el cielo, que han sido registradas por el radiotelescopio Parkes, en New South Wales, Australia. De hecho, fue a partir del 2007 cuando los científicos observaron los primeros estallidos de radio bautizados como “fast radio bursts” (FRBs).

Hoy, en un nuevo estudio publicado en la revista científica Science, los astrónomos concluyen que es probable que 10 mil de estos pulsos de radio, originados a miles de millones de años luz de la Tierra, se estén propagando cada día más, en todo el cosmos. 

No se sabe de dónde vienen las ráfagas, cuya duración total es de apenas unos cuantos milisegundos. 

“Nuestra explicación favorita es la ‘explosión’ gigante de un magnetar, un tipo de estrella de neutrones altamente magnetizada, ya que puede liberar en milisegundos más energía que el Sol en 300 mil años”, dijo Thornton a SINC. 

Según TIME, algunas posibles causas de estas emisiones son la evaporación de los agujeros negros o agujeros negros que se están alimentando de estrellas de neutrones. 

Para asegurar su origen con certeza, tal como sucedió en el caso de los estallidos de rayos gamma (GRBs, por sus siglas en inglés) –un misterio que, desde su descubrimiento en los 60, mantuvo ocupados a los astrónomos durante más de dos décadas–, los investigadores tendrán que continuar realizando observaciones con radiotelescopios específicos. 

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