Las tiendas en Hawai tienen hasta el 1 de julio de 2015, para erradicar, por completo, el uso de las bolsas de plástico. La prohibición convierte al estado en el primero en Estados Unidos en vedar totalmente su uso. Esta implementación se suma a una ley, a nivel de condados, que exige bolsas de papel que estén echas con, por lo menos, 40 por ciento de material reciclado.
“Esto es revolucionario. Al firmar este proyecto de ley que es amigable con el medio ambiente (…) Hawai se ha convertido en el único estado en Estados Unidos donde cada condado tiene una legislación sobre el uso de bolsas de plástico”, dijo Peter Carlisle, alcalde de Honolulú.
Con esto, los habitantes en Hawai estarán obligados a explorar el uso alternativo de bolsas de papel, pues las de plástico tardan más de 150 años en biodegradarse, porque están hechas de polietileno de baja densidad, elemento que la tierra tarda mucho en descomponer.
Las grandes metrópolis deberían de comenzar a erradicar el uso de la bolsas de plástico por el bien de su bolsillo –en ciudades como Madrid, cada bolsa cuesta un céntimo en el supermercado– y ayudar al planeta en su batalla por sobrevivir.
En Bangladesh, Taiwán y Australia se ha prohibido el uso de algunos tipos de estas bolsas, pero no totalmente.
Cada vez que quieras utilizar o desperdiciar bolsas de plástico, recuerda que éste representa el 80 por ciento de la basura que conforma la “Sopa de Plástico” (la enorme zona de desechos que cubre el centro del Océano Pacífico Norte).
Difícil ‘adiós’ al polietileno
Aunque necesaria, no es una decisión atractiva para todos, muchos de los objetos que utilizamos están hechos de polietileno de baja densidad, tales como vasos, platos y juguetes.
Empresas e industrias lo usan por su resistencia térmica y química. Su color claro le permite llegar a ser transparente (todo depende del espesor del objeto). Es de gran utilidad, pero sus características representan un atentado contra el medio ambiente y la fauna que lo habita.
Simplemente, dimensiona (y reflexiona) lo siguiente: la producción de bolsas de plástico, por año, genera residuos que podrían llenar el edificio Empire State, ¡dos veces y media!
Pequeño, pero avance al fin
En algunos países no se ha optado por una medida extrema, pero han implementado una legislación que obliga el cobro de un impuesto por el abastecimiento de bolsas de plástico.
Los ingresos de este impuesto se destinan a un fondo que beneficia al medio ambiente. Hong Kong e Irlanda son ejemplos, en este último el impuesto se empezó a cobrar en 2002, dando como resultado una disminución del 90 por ciento del uso de estas bolsas.