El 13 de mayo, la corte más importante de la Unión Europea decidió que Mario Costeja González tenía razón: Google tendría que eliminar las ligas hacia dos artículos en La Vanguardia que hablaban sobre la pérdida de su casa en 1998, y aparecían cuando se introducía su nombre al motor de búsqueda.
Con esto, fijó un precedente que significaría que todas las plataformas de este tipo tendrían que eliminar contenido “inadecuado, irrelevante o que haya dejado de ser relevante” de sus resultados, si así se lo pedía un miembro del público. Esto de acuerdo al “derecho a ser olvidado”, establecido por la Unión Europea hace unos meses.
El caso de Costeja se consideró una victoria para el individuo, pero en Estados Unidos la perspectiva es diferente, y es poco probable que se haga un movimiento similar. En lugar de pensar en el derecho de que ciertos aspectos de la vida no aparezcan en Internet, piensan en que esto serviría para ocultar datos importantes. Piensan en el derecho de la población a no olvidar.
“Las búsquedas de los estadounidenses serán alteradas por tontas sensibilidades europeas. Seremos los grandes perdedores, y los grandes ganadores serán los ministros franceses que quieran tener derecho a que se olvide a su última amante”, dijo Stewart Baker, exsecretario asistente de política en el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos a The Huffington Post.
Pero esta es una idea extrema, ya que Google todavía no ha decidido cómo lidiará con el mandato de la Unión Europea.
“La decisión tiene implicaciones significativas en cómo manejamos las peticiones de eliminar ligas. Es logísticamente complicado, por las lenguas involucradas y la necesidad de revisión cuidadosa”, explicó después del veredicto a mediados del mes. “Tan pronto como sepamos cómo funcionará, lo que puede llevar varias semanas, informaremos a nuestros usuarios”.
Por ahora, el nuevo modelo aplicaría solo para Europa, lo que significa que los resultados de búsquedas iguales serán distintos en ese continente y en los demás.
El fundador de Wikipedia, Jimmy Wales, está en desacuerdo aún con esta idea, y dijo a The Associated Press que se trata de “una violación incompetentemente tecnológica de los derechos humanos”. Su predicción es que la regla no durará.