“No hay que tomarse nada personal” para Oka Giner
Con los pies sobre la tierra y lista para nuevos retos escénicos, la actriz Oka Giner platica sobre las producciones en las que participará este año en diversas plataformas de streaming
Karina CoronaDesde pequeña, la actriz originaria de Chihuahua, Oka Giner, supo que su forma de comunicarse con el mundo era la actuación; no obstante, creció bajo la idea de que “los actores nacían actores”, algo que la pausó al inicio de su carrera.
“Yo sentía que no había nacido en ese selecto grupo. ¡Tonterías de niña!, pero cuando estás chica y ves a esos grandes actores en la tele, los ves como dioses y pensé que nunca iba a poder… pero heme aquí. La verdad es que una vez que entras te das cuenta que los actores somos como cualquier otra persona que se apasiona por su trabajo”, indica a Reporte Índigo.
Y, aunque al inicio fue complejo estar en producciones de renombre, ahora su trabajo ha dado frutos, pues Oka es reconocida por haber participado en proyectos como Gossip Girl Acapulco y Madre solo hay dos.
Su paso por el modelaje, que considera hacía más por hobbie, de alguna manera, le dio herramientas para perderle el miedo a la cámara, por ello, hoy cree que está en uno de sus mejores momentos a nivel histriónico.
“He crecido muchísimo, sobre todo a nivel personal. Son casi 10 años, imagínate la cantidad de aprendizajes de vida y el colmillo que he desarrollado en set. Muchos logros, muchos tropiezos… pero es parte de lo que te da 10 años de trayectoria”, comparte.
Estas facetas de su vida le han abierto paso para que ahora se sume como protagonista a la serie de Netflix La Venganza de las Juanas, interpretando la monja Juana Caridad.
La serie logró estar en el top 5 a nivel mundial en la categoría “Tendencias por ver” de esta plataforma de streaming, y pronto formará parte del remake de Corazón Guerrero, producida por Salvador Mejía, y de la serie Donde hubo fuego, también de Netflix.
Estar en grandes producciones le ha permitido “jugar el juego” de no tomarse nada personal, más en el momento de hacer castings, y entender que parte de su proceso natural es el rechazo.
“Antes solía tomármelo personal, me hacía mucho daño, pero desde hace unos años aprendí que así es el juego, que nada tiene que ver conmigo y que hay lugar para todos. Lo único que depende de mí es hacer un buen casting”, opina.
Incluso, los papeles que antes se escenificaban, los cuales tienen muchos clichés, ahora se puede presenciar una gama más amplia de perfiles.
“Para estar en televisión tenías que cumplir con un perfil definido, pero eso ha ido cambiando. Sin embargo, hay estereotipos que no cambian y mucho depende del tipo de producción o personaje que pidan. Yo creo que simplemente no hay que tomárselo personal. Aunque poco a poco los estereotipos van cambiando, aún nos falta mucho por lograr”, explica Oka Giner.
Por ello, la actriz considera que se puede hacer activismo dentro y fuera de la cámara. Un ejemplo es su personaje de Elena, quien pertenece a la comunidad LGBTIQ, dentro de la serie Madre solo hay dos.
Oka Giner afirma que, precisamente, desde su profesión, se pueden hacer grandes cambios, reflexionar, ya sea a través de sus personajes o bien, al dar una voz a quienes no la tienen.
“Si el personaje que te toca interpretar toca temas de activismo, pues es una plataforma increíble, pero no todos los personajes te lo permiten y, es ahí, cuando puedes llevar el activismo fuera de la pantalla. Ser actriz te permite tener una gran visibilidad, seguidores y desde las redes sociales puedes hablarle a ese público de una forma más orgánica y dar batallas que es un espacio de televisión no puedes”, concluye Oka Giner.
La actriz se siente agradecida porque su profesión le permite dar mensajes positivos, así como tener los pies en la tierra, sobre todo en un medio que considera es muy surrealista, pero, al final, siempre habrá un público al que le guste su trabajo.