[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”1_98ebje5y” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] “No tengo los muslos separados y aun así me quiero”, escribió la cantante Demi Lovato en una fotografía suya que publicó hace unos días en sus historias de Instagram.
Luego subió una más de su abdomen con otro mensaje para sus fans.
“Estrías y grasa de más y aun así me quiero”. Y remató con una más de sus piernas.
“Con celulitis y aun así me quiero”.
Los mensajes de la exestrella de Disney de 25 años –quien ha sido víctima por años de trastornos alimenticios- de inmediato provocaron entre sus seguidores una cadena de comentarios favorables para reconocer su valor de exhibir su cuerpo real con sus imperfecciones y sin retoque.
Tras subir su historia a Instagram, una gran cantidad de adolescentes inspiradas por Lovato comenzaron a manifestarse a favor de la situación y a agradecerle.
“La mayoría de las adolescentes no podemos aceptar nuestros cuerpos, no nos amamos a nosotras mismas y Demi está inspirando a las personas a amarse usando la plataforma que tiene ante el mundo”, escribió @dimplecabello en su cuenta de tuiter.
Lo que hizo Lovato no fue sólo mostrar un cuerpo imperfecto, sino encaminar a las mujeres, principalmente adolescentes y niñas, a una ruta donde el amor y aceptación por una misma representa un trabajo constante que lucha con el ideal de belleza que se nos impone en la actualidad.
Aunque esto que nos pasa a las mujeres de encuadrar nuestro físico a un ideal no es un fenómeno actual, se ve más fuerte ahora debido a la gran exposición que existe en las redes sociales y el internet”, explica la psicoanalista Xóchitl González Hidalgo.
Para la especialista, esta expresión trata de llevar los trastornos alimenticios, mentales y enfermedades al plano donde con esfuerzo, todo se puede superar.
Este fenómeno de las actrices y personalidades del medio artístico intenta decirle a las niñas que “no existe la perfección”, que, incluso ellas tienen defectos por los que deben trabajar.
Aunque el movimiento del “body positive” no tiene género y todos pueden entrar, una parte del mundo artístico busca enviarle un especial mensaje a las niñas y adolescentes para demostrarles que el verdadero poder y la magia radica en ellas mismas.
Expertos coinciden en este punto fundamental, sin embargo, para lograr una sociedad sin prejuicios es importante ser honesto con uno mismo y hacer un esfuerzo por dejar de tomar caminos fáciles que nos lleven a una destrucción personal.
“Los seres humanos siempre vamos a buscar ideales”, advierte González Hidalgo.
“El ideal de lo que quiero ser o el ideal de lo que me gustaría convertirme, factor que funge como un móvil para parecer, en el caso de las niñas, chicas bonitas, que parezcan felices y con una vida agradable”.
Tod@s contra el “Body shaming”
El “Body shaming” o cuerpo avergonzado es un fenómeno que hace burla, critica o insulta los cuerpos de los demás en las redes sociales.
En este caso, uno de los sectores más perjudicados es el de las mujeres del mundo artístico, a quienes las redes sociales y la televisión se han encargado de destrozar en el mundo real.
“Estas tendencias hablan mucho de lo que están viviendo niñas y niños en la actualidad, donde su valor se basa en cómo se ven dentro de la red social…
Antes, los parámetros nos habían marcado que para ser feliz o aceptado se debía ser bonita de acuerdo con la definición de la sociedad, ahora, se trata de que nuestros propios parámetros conformen nuestra identidad”, comenta González Hidalgo.
Aunque el “body shaming” surgió como una tendencia para burlarse del cuerpo de las mujeres con sobrepeso en las redes sociales y en internet, hoy se ha extendido sin importar género o identidad sexual.
“En el momento en el que un artista presenta su parte “mala” o no considerada por ella tan buena se llega un equilibrio que combate al “body shaming”. Es como decir, soy famosa, pero subo de peso, me cuesta trabajo bajar, tengo estrías y tengo trastornos que superé, que tú también puedes superar”, opina la psiconalista.
Uno de los casos más recientes sobre el “body shaming” fue el que involucró a la actriz Eiza González, a quien medios de comunicación criticaron por la celulitis que tenía en sus piernas.
La también cantante respondió ante la crítica realizada que “afortunadamente” se sentía bien con su cuerpo, pero que lo que la televisora había hecho era vender falsas expectativas a la sociedad.
Casos como el de Demi Lovato y Eiza González suceden todos los días con miles de hombres y mujeres en la sociedad, por ello, el movimiento del “body positive” ha logrado contrarrestar el fenómeno capaz de burlarse de las diferencias corporales entre las personas reales.