Alemania está en vías de convertirse en el primer país europeo que da la libertad a las personas nacidas con ambos sexos –intersexuales o hermafroditas– de elegir, en edad adulta, si desean quedarse con el género masculino o femenino. O bien, de no entrar en ninguna de ambas categorías, es decir, de permanecer bajo la clasificación de un nuevo sexo, o un “tercer género”.
La nueva ley, aprobada en mayo, se hará oficial a partir del próximo noviembre. A partir de ese mes, los padres de los bebés hermafroditas dejarán de estar presionados por el registro del sexo de su hijo en los certificados de nacimiento. Ya que se podrá dejar en blanco la casilla de género.
Esta norma está basada en una decisión de la corte constitucional alemana que sostiene que siempre que una persona “sienta profundamente” que pertenece a un determinado género, tiene el derecho de elegir su identificación legalmente.
Aún no se decide cómo se aplicará esta ley en otros documentos oficiales.
Uno de los objetivos más importantes es “(…) evitar la presión a los padres de someter a sus hijos a una intervención quirúrgica, para establecer el sexo”, dijo a El País Philipp Spauschus, experto del Ministerio de Justicia federal.
Para el médico y sexólogo Vicente Bataller, “la idea alemana es buena, porque permite esperar a ver qué pasa con los rasgos secundarios para ver cuál de los sexos se impone y que el individuo decida”, a diferencia de otros países como en España, donde “el sexo del bebé lo deciden el pediatra, el neonatólogo y los padres”.
La ley del “tercer género” también tendrá implicaciones para la legislación actual de Alemania, ya que el matrimonio legal se entiende como la unión de un hombre y una mujer.
En ese país, no está permitida la unión marital entre personas del mismo sexo.
El corresponsal de la BBC Demian McGuinness explicó que la ley “ha sido vista como un paso adelante en cuanto a los derechos de género”.
Para algunos, esta es una manera de inculcarle a los niños una postura a favor de la diversidad de género.
