“Pieces of a Woman”, de Netflix, comienza con una tragedia. Martha (Vanessa Kirby) espera su primer hijo con su pareja Sean (Shia LaBeouf). Por unos pocos minutos, los vemos en las últimas etapas de preparación para su vida con un bebé: ella se despide de sus compañeros de trabajo y empaca sus cosas; su madre firma los papeles para una minivan, y ambos cuelgan las fotos finales de un cuarto de bebé hermoso y bien abastecido de colores neutrales.
De pronto, Martha está en trabajo de parto y por casi 30 minutos la audiencia ve en primera fila la representación más realista y gráfica de un parto casero que se haya hecho en el cine. Es un parto difícil — Martha está casi ebria de dolor — y la situación se torna más estresante cuando la matrona no está disponible y envía a un remplazo. Entonces termina en muerte.
Es un comienzo brutal y sobrecogedor para una película que está comprometida al contar la horrible verdad sobre una pérdida tan devastadora que es casi tabú. Pero es sólo una de muchas escenas profundamente incómodas. Al igual que Martha y Sean, uno se siente paralizado y agotado tras los eventos del comienzo y sin más opción que continuar este viaje emocionalmente desgarrador y conmovedoramente visceral con ellos.
Martha intenta seguir adelante con su vida, pero constantemente recuerda lo que pasó, ya sea viendo niños jugando, encontrándose a la amiga de su madre en el mercado o atravesando todos los cambios físicos postparto que una pasa sin importar si el bebé ha sobrevivido o no. También navega por el dolor de su propia familia, peleas por entierros y epitafios, así como una batalla legal contra la matrona sustituta (Molly Parker), que afortunadamente queda relegada a un segundo plano.
Kirby, la actriz inglesa que interpretó a la princesa Margarita en las primeras temporadas de “The Crown”, hace de Martha no una flor que se marchita, sino una especie de robot duro y determinado que alterna entre estar totalmente desconectada y agresivamente furiosa.
Si la incomodidad visceral se siente más auténtica de lo usual, es porque la historia es personal para el director y su pareja. Kata Wéber escribió el guion basada en su propia experiencia al perder un hijo con el director Kornél Mundruczó durante el embarazo. Y “Pieces of a Woman” visita lugares que muchas películas no se atreverían. La primera media hora probablemente es la que recibe más atención, pero hay otras escenas sorprendentes de dolor y enojo que hay que ver para creer, incluyendo una pelea hacia el final entre Martha y su madre, quien es interpretada por Ellen Burstyn.
Fuera de los momentos reveladores, sin embargo, la película pierde algo de fuerza a medida que avanza. El foco recae demasiado en Sean, un trabajador de construcción cuya relación con Martha, una profesional educada de una familia rica, no tiene mucho sentido. Su descenso es una suma de clichés y distractores de la historia peculiar de Martha. También hay un momento de agresión sexual con Martha que resulta aún más difícil de ver ante las recientes acusaciones de abuso contra LaBeouf.
Pero esto no le resta al logro de Kirby. Su actuación es inolvidablemente vulnerable y merece atención y consideración esta temporada de premios. Lo mismo se puede decir de Burstyn en el difícil papel de reparto que domina.
La cinta no es apta para todos, pero es importante porque ayuda a avanzar en la conversación sobre abortos espontáneos, un trauma que las parejas, pero especialmente las mujeres, han tenido que llevar en silencio demasiado tiempo. El final tampoco es satisfactorio, pero ese es probablemente el objetivo. No suele haber un final satisfactorio para una pérdida trágica, sólo supervivencia.