Neil Harbisson; el cíborg que puede escuchar a Picasso y dibujar a Mozart

El artista es capaz de componer canciones a través de colores y crear cuadros con la música de cualquier artista
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Cualquier persona con un poco de suerte puede contemplar un cuadro de Pablo Picasso, pero Neil Harbisson puede escuchar la obra del pintor español y dibujar las melodías de los más grandes músicos de la historia; todo esto a través de un tercer ojo que le permite ver más que a cualquiera.

Parece un relato de ciencia ficción digno de la serie ‘The Black Mirror’, sin embargo, es algo totalmente real. Harbisson es el primer ser humano reconocido ante la ley como un cíborg, es decir, un organismo compuesto de elementos orgánicos y cibernéticos.

“Nací con una rara enfermedad visual llamada acromatopsia, es decir, incapacidad total para ver colores, así que nunca los he visto, porque vengo de un mundo en escala de grises, para mí el cielo es gris y la televisión aún es en blanco y negro”, narró el británico en uno de los foros TED en 2012.

Sin embargo, Harbisson es capaz de escuchar los colores desde 2004, a través de una antena implantada en su cabeza, la cual sale directamente de su cráneo y queda justamente por arriba de sus ojos humanos, lo que le ha brindado una experiencia sensorial sin precedentes.

El ojo electrónico, como lo llama el nacido en Londres, le permite escuchar distintos sonidos de acuerdo a los diferentes tonos del espectro, así como colores invisibles, tales como los infrarrojos y los ultravioleta; imposibles de percibir para el ojo humano.

Por su fuera poco, la antena incluye una conexión a internet que le facilita recibir colores de satélites y cámaras externas, así como llamadas telefónicas directamente a su cráneo; actualmente hay cinco personas en el mundo que pueden enviarle imágenes y sonidos directamente a su cabeza.

El caso de Harbisson es excepcional, pues no sólo es el primer cíborg de la historia, también es reconocido como el primer artista cíborg de todos los tiempos, ya que además de ser un intenso activista a favor del ambiente, es un artista de vanguardia altamente reconocido en Europa.

Desde muy joven, el británico se inició en clases de piano y a los 19 años se mudó para continuar sus estudios de música en Dartington College of Arts, donde se convirtió en discípulo del compositor experimental Frank Denyer y del pianista manco John Railton.

La simbiosis que ha logrado Harbisson con la antena es tal que incluso ahora sueña con los sonidos de los colores y crea música por medio de tonalidades, además diseña cuadros en los que plasma los colores de canciones desde Mozart hasta Justin Bieber.

“Escuchar a Mozart se convirtió en una experiencia amarilla, entonces empecé a pintar la música y las voces de la gente”, señaló Harbisson hace unos años, quien también ha convertido en cuadros llenos de colores los discursos de Martin Luther King y Adolfo Hitler.

Aunque Harbisson en famoso por su antena, la primera vez que apareció en la televisión fue a los 18 años, cuando subió a lo más alto de un árbol en España para evitar que una constructora lo talara junto con más vegetación alrededor, de ahí que el sonido del verde sea uno de sus favoritos.

Esa no sería la primera vez que el británico tendría problemas con la autoridad, pues en 2004 tuvo que emprender una batalla legal para el gobierno de Reino Unido lo dejara tomarse la foto del pasaporte con su antena, pues él siempre ha alegado que ahora es parte de su cuerpo.

Hace seis años, un grupo de policías daño la antena de Harbisson, pues los hombres pensaron que los estaban grabando en una manifestación en Barcelona. El artista denunció haber sufrido una agresión física, pues el ojo electrónico es parte de él.

Actualmente, Harbisson ha llevado su arte a las grandes salas de conciertos, donde conecta la antena a altavoces y hace pasar una serie de colores frente a él, también recorre el lugar y pasa la antena frente al rostro de la gente para componer melodías.

“Puedo hacer conciertos mirando la cara del público, conectó el ojo electrónico y toco las caras del público… lo bueno es que sí el concierto no suena bien, es culpa de ellos”, dijo Harbisson amanera de broma en el foro TED.

Harbisson se ha convertido en la muestra viviente de lo que alguna vez lo seres humanos puede lograr ser, ampliando sus sentidos y llevando las experiencias sensoriales a planos nunca antes vistos, escuchados, olidos, saboreados y tocados.

Por cierto, habla perfectamente español:

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