Durante años la industria del entretenimiento se ha encargado de promover la idea de que para ser felices hay que encontrar al amor de nuestra vida y casarnos con esa persona.
Este arquetipo tradicional apenas hace unos años se empezó a cuestionar, por lo que las distribuidoras de contenidos infantiles comenzaron a hacer caso de las críticas y empezaron a proponer nuevos modelos de princesas que rompieran el molde. La primera en hacerlo fue Mérida, la princesa de Valiente que presentó Pixar en 2012, quien compite por su propia mano para librarse de tener que casarse.
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Esta fue la primera muestra de que incluso Disney se dio cuenta de que el público necesitaba historias más realistas en que la meta en la vida de las mujeres no fuera sólo casarse. Más allá de que se trate de un discurso moderno que prioriza la independencia y la fuerza propia de las mujeres, esto fue un precedente para que las niñas y los niños sepan que también existe la posibilidad de decidir estar solo.
Bella DePaulo, una psicóloga de la Universidad de California que ha estudiado la soltería y el matrimonio desde una perspectiva crítica, cuestiona si es verdad que el matrimonio trae consigo un aumento de la felicidad. Ella tiene 73 años y ha sido soltera toda su vida, y se ha dedicado a tratar de entender mejor a los adultos solteros y sus historias que nadie cuenta.
Una de las cosas que ella dice es que al habernos criado con los cuentos en que la felicidad sólo se conseguía después de casarse, las personas tienen la idea de que unirse en matrimonio es sinónimo de felicidad y de no volverse a sentir solas.
Ella explica que en un punto en su vida se dio cuenta que ella no quería casarse, y recopila los casos de personas que quieren casarse por la presión social que se ejerce sobre ellos pero que en realidad preferirían estar solas.
A pesar de lo que estudios científicos han descubierto, DePaulo, decidió hacer sus propias investigaciones y descubrió que comparando las expectativas con lo que en realidad ocurre, es verdad que aumentan los índices de felicidad al casarse pero de una manera mucho menos radical y que después de aproximadamente 7 años el índice de felicidad regresa al mismo nivel que estando solteros.
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De acuerdo al INEGI, en los últimos 15 años los divorcios en México aumentaron un 136 por ciento y el de matrimonio disminuyó 21.4. Según sus datos en 2015 se registraron 58 mil 18 matrimonios.
En caso de divorcio los datos de DePaulo indican que las personas reducen su felicidad a índices menores de los que tenían cuando eran solteros.
Las investigaciones revelan que en realidad las condiciones de solteros y casados no son tan distintas, que los solteros tienen más amigos, se mantienen más en contacto con sus familias, participan en sus comunidades, mientras que las parejas tienden a aislarse.
Mientras, de acuerdo a la sociedad, si no estás casado estás solitario. De ahí la importancia de las historias que se cuentan, en especial las que nos cuentan cuando somos pequeños ya que esos son los contenidos que van formando nuestra perspectiva e ideal. Por eso Disney y las compañías que producen contenido infantil tienen una tarea importante que cumplir para contribuir a que las personas sepan que tienen más opciones para alcanzar la felicidad y que no hay sólo un camino para alcanzarla.