Eran las vacaciones de Semana Santa en el mes de abril de 2007 y Natacha Lopvet viajó de Francia a Perú. En el vuelo de regreso, hizo escala en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde fue detenida por delitos contra la salud.
Cumplió una condena de 10 años en el Centro Femenil de Readaptación Social (Cefereso) Santa Martha Acatitla, al oriente de la Ciudad de México.
La ciudadana francesa considera que las mujeres en prisión cultivan a diario el no ser víctimas, pues de otra forma no podrían sobrevivir al encierro. Así, durante la década en la que no pudo obtener la libertad anticipada, aprovechó las actividades culturales de la penitenciaría.
“Olor a libertad, expansión y velocidad. Olor a abundancia, a frescura; olores de perfumes, cremas, jabones y esencias. Olor a múltiple, mucho mejor”, menciona en el texto Olores de afuera, el cual trata sobre su sentir al salir de prisión.
Lopvet asegura que las mayores preocupaciones en el centro femenil son: uno, salir; dos, sobrevivir y tres, cambiar ese mundo. Por ello, a raíz de su experiencia, busca apoyar a sus compañeras.
Pero ¿cómo hacerles llegar estos aromas a las más de mil mujeres que viven en el penal de Santa Martha? ¿Cómo contribuir a que continúen con su educación? ¿Cómo ayudarles a que se comuniquen con el exterior?
En redes digitales, Lopvet inició ¡Móchate con las mujeres de Santa Martha!, una colecta de alimentos, artículos escolares y de higiene, ropa de cama y de vestir, zapatos y tarjetas de teléfono.
“Tengo este proyecto en mente desde que salí, hace dos años y medio. La gente se suma, ha podido dar y me entusiasma”, menciona Lopvet en entrevista con Reporte Índigo.
Al dejar la cárcel se desempeñó como Oficial de Proyecto en la organización feminista EQUIS Justicia para las Mujeres, donde sigue colaborando.
A la campaña de donación se sumaron integrantes del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y Balance A.C., que estará recolectando los productos hasta el 10 de febrero en Huatusco 39, colonia Roma Sur, de 10:00 a 18:00 horas. La pulquería María Pistolas, en el Centro Histórico, recibirá donaciones en su horario de servicio
Lopvet ayuda con donaciones que alientan
Natacha Lopvet sigue acudiendo a la cárcel de mujeres dos veces a la semana a visitar a su esposa, pues se casó en prisión. Regresará para entregar las donaciones de manera directa con ayuda de voluntarios que también se encarguen de hacer los paquetes.
“Siempre terminamos autoabasteciéndonos, no hay mejor momento que cuando uno recibe una ayudita. Yo lo he vivido dentro, es alentador”, dice.
Para Lopvet, la dignidad de la las internas en el penal de Santa Martha empieza cuando comienzan a sentirse bien con ellas mismas para después continuar con sus actividades educativas o de trabajo penitenciario, el cual consiste en renovar ropa, zapatos, sábanas y cobijas.
“Lo que mueve a la gente es poder ser una persona de pie y eso empieza con tener la posibilidad de asearse o de ir al espacio donde vives. Decir ‘ya me bañé, ya mi estancia está limpia y entonces me siento mejor para seguir y hablar por teléfono con un familiar o amigos’”, comenta.
Ella sabe que es un gran reto, pero confía en que puede lograrlo gracias al aliento y las reacciones de sus compañeras.
“El reto es grande, pero si todos los esfuerzos se suman van a dar un ánimo, un apoyo y una alegría a esas mujeres. Lo sé de antemano, cuando te viene un donativo es dar un margen de respiro para poder cubrir una necesidad y saber que alguien piensa en nosotras desde afuera, nos ayuda en estas cosas tan básicas”, expresa.
La convocatoria también invita a donar botes de pintura blanca para renovar las celdas y los espacios comunes.
Teatro con causa
¡Móchate con las mujeres de Santa Martha! también es posible gracias a Minerva Valenzuela, artista egresada de la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) que escribió, dirigió y protagonizó Los caballeros las prefieren presas.
“Una amiga mía, que es ‘la del cabaret’, me propuso hacer una colecta con su obra de teatro y la gente venía a hacer una donación a cambio de una reducción en la taquilla”, explica.
El título de la representación teatral hace referencia a la película Los caballeros las prefieren rubias, que protagonizó Marilyn Monroe en 1953. Así, Valenzuela usa una peluca rubia y viste un uniforme azul.
La puesta en escena aborda la problemática penitenciaria. Son historias reales de mujeres presas actualmente o que han estado en la cárcel, contadas por una mexicana que se llama Marylinares. El personaje está preso en el penal de Santa Martha Lamitas, en alusión a la antropóloga Marta Lamas.
“Hemos concluido que los caballeros no nos prefieren rubias: nos prefieren calladas. Nos prefieren presas o muertas”, versa la reseña de este show.
Valenzuela tiene dos décadas de trayectoria y a través de asociaciones civiles realiza espectáculos de cabaret con estrategias educativas, centrándose en los derechos humanos, principalmente en los de las mujeres.
“Les encanta que una les cuente las historias de lo que pasa adentro del penal, como si fuéramos diferentes a ustedes”, pronuncia caracterizada como Marylinares desde el Foro A poco no.