Lindsay Lohan reveló el domingo, durante el episodio final del reality show que protagoniza –transmitido por la televisora OWN, de Oprah Winfrey– que tuvo que detener la filmación del programa por dos semanas debido a que sufrió un aborto espontáneo.
En principio, la confesión provocó empatía entre sus seguidores y la prensa, pero los sentimientos de solidaridad no duraron mucho, ya que, según un reporte de RadarOnline, fuentes cercanas a la problemática actriz aseguran que el embarazo nunca sucedió.
“Fue una completa invención. Lindsay nunca estuvo embarazada durante la filmación del reality, ni en los meses posteriores. Lindsay sabía que la percibían como una floja (…) y decidió hacer esto. Esto es lo que ella hace: mentir”, declara el reporte.
Y es que la protagonista de “Freaky friday” necesitaba hacer algo: aunque se suponía que la serie documentaría su recuperación después de su última estancia en una clínica de rehabilitación, se convirtió en el retrato de una joven caprichosa, incapaz de trabajar y algo manipuladora.
“Lindsay ha fumado durante todo el programa y también admitió que volvió a beber (…). Lindsay nunca actuó como una mujer embarazada”, señala otra fuente a RadarOnline.
No solamente sus amigos y los medios opinan esto. Colegas de la estrella de 27 años, como la conductora y crítica de moda Joan Rivers y la controversial Sharon Osbourne, se tomaron la situación como una broma.
“Seguramente tuvo diarrea o algo parecido”, dijo Osbourne en el programa “The talk”. “No creo que haya sufrido un aborto, creo que está muy confundida y ya estoy harta de verla intentar mejorar su vida. Todos usan el aborto como una excusa. ¡Es un montón de basura!”.
Sharon le sugirió a la joven actriz que dejará de beber y de ir a fiestas y que se quedara en casa.
Rivers, por su parte, dijo sarcásticamente al blog TMZ que Lindsay “hubiera sido una madre buenísima” y que “pondría los pañales en el extremo incorrecto”.