Recargando su espalda sobre una pared blanca, una fila de hombres aparece con la cabeza agachada. Rodeando su cintura hay una cadena plateada y alrededor de sus muñecas unas esposas. Están detenidos en la frontera sur de Estados Unidos. No lograron cumplir el sueño americano.
Así es como se desarrolla la miniserie Nación de inmigración (Netflix, 2020), mostrando las detenciones diarias que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lleva a cabo por todo el país, y cómo es que los migrantes, al ser detenidos, viven el proceso de deportación.
“Creo que el sueño americano más que un sueño es una pesadilla. Qué contrariedad”, admite Josué Rodríguez, un hombre que salió de su natal Honduras junto a su esposa y dos niños para intentar tener otra vida en Estados Unidos.
En 2018, Rodríguez fue detenido por el ICE y separado de su familia. Cuenta que cuando él era menor siempre creyó que la idea de cruzar al norte era algo sencillo, pues creció viendo a muchas personas hacerlo.
De acuerdo con el informe global de la Organización para las Migraciones (OIM) 2020, Estados Unidos continúa siendo el país de destino más grande para los migrantes internacionales con aproximadamente 51 millones de ellos, seguido por Alemania, con 13 millones.
Norma Soto, internacionalista de la Universidad La Salle, asegura que esta miniserie deja ver que el problema de la migración no es nada nuevo, sino que con los años sólo ha ido agudizándose debido a que cada vez hay más personas queriendo escapar de sus países de origen por distintos problemas económicos.
A lo largo del proyecto televisivo se aborda una de las políticas migratorias que más revuelo han provocado en Estados Unidos, la Tolerancia Cero, la cual separaba a todo aquel adulto de su hijo o hija menor de edad al cruzar la frontera.
Aunque con este plan el propósito central de la administración republicana era disminuir el número de indocumentados que intentaban tener una vida en su Estado, ese objetivo no logró materializarse, pues el presidente Donald Trump detuvo la iniciativa gracias a las incontables luchas sociales.
Hoy en día, y a pesar de las aún fuertes medidas migratorias implementadas por la administración de Trump, las personas siguen buscando llegar a Estados Unidos de manera ilegal, pues, de acuerdo con la maestra Norma Soto, no pierden nada intentándolo.
“Dicen ‘si no gano nada quedándome en mi país, voy a ver qué tanto obtengo allá, al final estoy acostumbrado a esta situación de crisis y de carencias, así que es momento de buscar otra alternativa’”, detalla la también académica.
Un proyecto con drama sobre el sueño americano
Conforme van avanzando los seis episodios de Nación de inmigración, la historia de un indocumentado va ganando poder en pantalla, relatándole al público su detención, su estadía en prisión y la reunión con su familia.
Para la maestra Norma Soto, aunque mucho de lo que se difunde en la miniserie por supuesto que es real, la producción le dio un toque hollywoodense y de drama para atraer a más personas y así pueda subir su popularidad.
Eduardo Mateo Cruz, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, coincide y detalla que cada episodio cuenta una realidad muy bien documentada, la cual llega al dramatismo para lograr un cúmulo de emociones en el público y entienda lo que se vive en Estados Unidos.
“Creo que además de reposicionar y limpiar la imagen de toda una institución que caracteriza al actual presidente republicano, intenta influir en los ideales políticos”, dice Mateo Cruz.
De acuerdo con la internacionalista Norma Soto, el apoyo político latino es el que más puede verse modificado tras este proyecto; sin embargo, resalta que todo dependerá de cómo la comunidad latina sea tratada tanto por los demócratas como por los republicanos.
“El voto latino es muy manipulable. Es decir, una persona puede estar convencida de votar por un candidato, pero al ser éste elegido todo puede cambiar y dejar a la persona que votó por él o ella afuera del país”, señala.