Nacho Vegas y la necesidad de reconstruir el mundo
Fiel a la sensibilidad social que lo caracteriza, el asturiano Nacho Vegas se interroga con rabia sobre la situación mundial
Karina CoronaLa ternura es, quizá, como dice Raymond Carver, “un don y un lenguaje innato de las almas sensibles, una forma de iluminar el dolor, la soledad o la alienación”, verso que retoma el escritor y músico Nacho Vegas para lanzar su más reciente sencillo “El don de la ternura”, segundo tema del álbum Mundos inmóviles.
Un casino en plena selva, mareas de la soledad que despiertan los miedos más profundos, hasta historias de aislamiento, dolor, compañía y redención, son algunos de los temas que el artista asturiano presenta en este disco, en el que, nuevamente, le es fiel a su sensibilidad social a través de lanzar interrogantes sobre el mundo.
“Cada disco es una experiencia diferente, como un nuevo alumbramiento, siempre lo tienes que enfocar con ilusión, porque son algo hecho con mucho cariño, por toda la gente que participó en la grabación del disco, pero también con cierta sensación de incertidumbre y nerviosismo de cómo lo recibirá la gente, esto es algo que nunca lo sabes, el público soberano es el que manda y decidirá si el disco es bien recibido o no”, indica Nacho Vegas.
En entrevista con Reporte Índigo, el cantautor dice que la pandemia, al igual que para muchas compañeras y compañeros del oficio, le ha representado una etapa dura; hoy, incluso, la situación sigue siendo muy dramática por las consecuencias sociales que se viven. En su caso, le implicó un bloqueo que lo dejó asustado, incluso, deprimido.
“Estoy acostumbrado a los bloqueos creativos, pero este era demasiado largo. Tuve la oportunidad de hablar con Ismael Serrano y me decía que él había pasado por algo parecido y que no se fiaba de la gente que había aprovechado la pandemia para hurgar en su mundo interior, porque nuestro mundo interior solamente está vivo cuando también vive nuestro mundo exterior, no cuando estamos en una ciudad fantasma con gente muriendo”, indica el también escritor.
Por ello, la dinámica de los últimos meses lo llevó a replantearse cosas. Al final, relata, fue como un bofetón de realidad que ha traído muchas consecuencias y reflexiones.
Pesquisas sobre el mundo
El cantautor creía que la sociedad iba a salir mejor parada tras el confinamiento, reimaginando el mundo y las relaciones afectivas para uno mismo y hacia las y los demás, aplicando una ética sobre los cuidados en el centro de las vidas; pensamientos que vierte en su álbum, para el cual, cuenta, tuvo que salir de su casa y viajar a un pequeño pueblo de Asturias para despejarse y fluyeran sus letras.
“Me desbloqueé un poco y grabé las primeras canciones de este disco en un ambiente más tranquilo que me permitió tener la lucidez necesaria para hablar de temas que me resultaban un poco duros, porque pasó en mi vida cosas bastante duras y que son el germen de algunas canciones de este disco; creía necesario cantarle a vencer esa energía que, a veces, tenemos todos de ser excesivamente reaccionarios”, platica.
Al final, explica, en Mundos inmóviles hay una necesidad humana por reconstruir el mundo, de empoderamiento, y recurre a aquellos sentimientos que en ocasiones se minimizan, como la ternura y el amparo.
El material discográfico comprende diferentes facetas, por ejemplo, “La flor de la manzana” es un acercamiento a la música latina, donde la ternura representa la parte más frágil e íntima del disco; mientras que, también, hay unas totalmente diferentes y estrictamente políticas.
“Todo el disco son maneras diferentes de enfrentarte al mundo y hablarlo, desde diferentes perspectivas, a veces miradas más duras, otras más tiernas, pero las canciones siempre son miradas al mundo que te salen desde adentro, pero sin mirar de frente, si no como atravesando las cosas, porque cuestionan todo lo que nos está sucediendo”, expone.
El eje de la movilización social
Nacho Vegas cree que, en este momento, la sociedad mexicana como la de España está padeciendo una crisis. Un ejemplo son las marchas del 8M, las cuales considera, junto al feminismo, habían sido el eje movilizador de la humanidad.
“Los últimos 8M habían sido de movilización brutal, yo como activista estaba ayudando a las compañeras en la retaguardia, por supuesto, como nos toca, pero cuando llega la pandemia y te quitan la calle, perdió fuerza y, en encima, en España la ultraderecha fue tan miserable para criminalizar el feminismo por la pandemia, porque el 8M estuvo muy cercano al confinamiento”, recuerda.
Vegas cree que la ultraderecha aprovechó este momento para malentonarse y lanzar un discurso de odio, racista y homófobo, por ésto, indica que son tiempos en los que toca reconstruirlo todo.
“Tengo la esperanza que lo hagamos, pero la verdad va a ver un cambio un poco duro, porque en España se vive un ambiente muy hostil, la gente está enfadada un poco, hay una actitud cínica, el cinismo es lo opuesto que tenemos que bus- car para una mejor convivencia y armoniosa, y ahí la música puede que tenga una un papel importante”, exhorta.
El cantante ha logrado mantenerse su carrera por poco más de 20 años, la clave es que ha sido perseverante y ha tomado en serio el oficio, pues todo se trata de compromiso, respeto y trabajo.
“Es importante para seguir escribiendo canciones y teniendo los pies en la Tierra. Al final el mundo es cambiante, igual que nuestras vidas, así que siempre surgirán canciones, habrá nuevos ángulos en lo que mirar al mundo, a la vida, formas de cuestionar al mundo.
“A veces en el mundo de la música popular, a lo mejor, algunos han muerto de éxito o que a veces se encierran en su torre de marfil y dejan de hacer cosas interesantes. Recuerdo que uno de mis directores favoritos de cine, Migh Leigh, decía que un director deja de ser interesante cuando deja de coger el autobús; mientras sigamos cogiendo autobuses, pues creo que seguiremos haciendo canciones”, puntualiza Nacho Vegas.