Música para ponerse de buenas

Comunicólogo de profesión y maestro de meditación. Toca y compone música desde los 11 años. Y medita desde los 15. Su nombre es Elías Sarkís, pero a este cantautor y actual maestro de meditación originario de León, Guanajuato, se le conoce como Sarmad. 

Tras varios años trabajando de la mano de un equipo de amigos talentosos, Sarmad lanzó recientemente “Corazoneando”, su primer proyecto discográfico como solista independiente, producido por Baltazar “Balta” Hinojosa y Mauricio Sánchez, integrante de la banda regiomontana de pop y rock en español Los Claxons.

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Comunicólogo de profesión y maestro de meditación. Toca y compone música desde los 11 años. Y medita desde los 15. Su nombre es Elías Sarkís, pero a este cantautor y actual maestro de meditación originario de León, Guanajuato, se le conoce como Sarmad. 

Tras varios años trabajando de la mano de un equipo de amigos talentosos, Sarmad lanzó recientemente “Corazoneando”, su primer proyecto discográfico como solista independiente, producido por Baltazar “Balta” Hinojosa y Mauricio Sánchez, integrante de la banda regiomontana de pop y rock en español Los Claxons.

En entrevista para Reporte Indigo, el cantautor guanajuatense comenta que los 47 minutos que componen su proyecto musical –disponible desde hace un año y medio en versión digital– tratan de “música ligerita, música liviana, que te ponga en un mejor estado de ánimo”. 

Con temas sencillos, pero con significado profundo, que tienen como eje el amor, el respeto, la paz y la armonía entre los seres humanos, Sarmad busca “liberar el alma a partir de los cantos, sin llegar a ser música de meditación”, explica.

A través de canciones donde confluyen el pop, rock, folk y reggae como “Propongo el cambio”, en donde sugiere que “en vez de odio, haya amor y en vez de balazos haya besos y abrazos al por mayor”,  así como “Gracias” o “La Playita”, que es su primer sencillo, el artista ayuda a que las personas recuperen esa tranquilidad que su entorno del día a día les roba con facilidad. 

“Creo que está demasiado cargado el mundo, demasiado cargadas las energías (…)”, expresa el artista, quien también ha tenido oportunidad de subir al escenario como invitado para abrir conciertos de Juanes, en León, Guanajuato, y de Los Claxons durante su gira, así como para participar por segundo año consecutivo en el Festival Internacional del Globo 2013 en dicha ciudad ante más de 40 mil personas.

Por eso dice que “Corazoneando” es una “muy buena oportunidad de alivianar el alma (…) 47 minutos que te van a ayudar a estar mejor, a que tu alma esté mejor, a que estés más tranquilo, sin importar lo que te esté dando la vida, tú puedes interpretarlo de las mejores maneras y eso va a ayudar a que todo mejore”. 

De hecho, Sarmad alude a su música como “medicina”, incluso una propia a la que recurre “cuando a mí se me complica la cosa”. En esos momentos, “he puesto el disco y me genera lo que la gente me dice que les genera a ellos”. Aunque procura no escuchar su música con mucha frecuencia, “porque después de un rato me voy a aburrir”, aclara. 

Y es que pese a que no se trata de un disco de meditación per se, la realidad es que como buen maestro de un proceso de meditación enfocado a sanar física, emocional y espiritualmente conocido como ThetaHealing, sus temas por sí mismos pueden producir un estado general de bienestar inmediato. 

“ThetaHealing es una vibración en el cerebro que lo que hace es que cambia las frecuencias vibracionales”, dice. La onda cerebral theta se produce “(…) casi antes de quedarte dormido. Es un estado de consciencia alterado, donde alcanzas a entrar a tu subconsciente, y alcanzas desde ahí a reprogramar y todo lo reprogramas a partir de tu libre albedrío”. 

Y esto es justamente lo que sucede al cantar sus canciones, como el tema número 11 titulado “Sí”, que hace “descargas”, apunta Sarmad. Porque “en ThetaHealing programamos gente”. 

Además, “la parte espiritual siempre ha sido algo muy importante en mi vida”, asegura. “La vida de la música te come muy fácil, hay mucha distracción. Siempre trato de estar lo más centrado. A mí el meditar y poder ayudar a alguien a estar en paz es lo que más me ayuda. Para mí no hay cosa más gratificante que poder ayudar a la gente a estar bien”. 

 

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