Oaxaca vive y respira música, pero esta tradición cultural es, en gran medida, el resultado del esfuerzo comunitario y no del apoyo gubernamental. Faustino Díaz, director y trombonista del Ensamble de Estrellas Oaxaqueñas, lo expresó claramente en la conferencia de prensa de la representación oaxaqueña en el Festival Internacional Cervantino (FIC).
“Hay gente que nace y se sabe que será músico, pero en regiones como la Cañada, pocos jóvenes se dedican a la música. No tienen la misma suerte que quienes crecen en la Sierra y Valles Centrales o en la Costa. No se puede generalizar que el aprendizaje de la música va a ser igual en todas partes”, declaró Díaz.
El director enfatizó que, si bien hay un rico legado musical en Oaxaca, la falta de una infraestructura adecuada para la enseñanza musical limita las oportunidades para muchos jóvenes.
“Apenas se están formando algunas bandas que estudian en Veracruz. El aprendizaje musical no es igual para un niño que nace en Valles Centrales o en la Sierra que para quien nace en la Costa; este último tiene más complicaciones”. En este contexto, destacó que muchas de las bandas exitosas en Oaxaca se sostienen gracias a proyectos comunitarios y no por apoyo gubernamental, pues “nunca ha habido un respaldo gubernamental” subrayó.
El “Ensamble de Estrellas Oaxaqueñas,” que se presentará en el Templo de la Compañía de Jesús Oratorio de San Felipe Neri, tiene como objetivo rescatar obras de compositores locales olvidados y mostrar la diversidad musical de Oaxaca. Esta tarde, su programa incluirá, desde obras del Renacimiento de J.S. Bach hasta composiciones de Juan Matías y Daniel Pineda, culminando con el emblemático himno “Dios nunca muere” de Macedonio Alcalá.
Los Pream, un grupo musical originario de Santa María Tlahuitoltepec, también estará presente en el festival como parte de los conciertos que se realizará hoy en Los Pastitos. En conferencia de prensa, compartieron que su formación musical no provino de un conservatorio, sino de una herencia cultural transmitida de generación en generación.
“Lo que tocamos es lo que hemos absorbido, lo interpretamos a nuestro estilo”, comentaron. Su música fusiona ritmos tradicionales con géneros contemporáneos, demostrando que la riqueza musical de Oaxaca va más allá de los jarabes y las danzas típicas.
Por otra parte, el colectivo Juchirap llevará al FIC una propuesta fresca que mezcla el rap con la lengua zapoteca. A pesar de enfrentar el escepticismo inicial de algunos, su determinación ha logrado abrir puertas.
“Si levantas una piedra, sale un músico. Nuestro objetivo es acercar a las nuevas generaciones a la lengua zapoteca a través de su música, y demostrar que el rap puede ser un medio efectivo para revitalizar esta herencia cultural”, aclaró la agrupación.