Museo Yancuic, la apuesta a la cultura en Iztapalapa

El jefe de gobierno, Martí Batres, inauguró el recinto cultural gratuito para disfrute de la ciudad y los vecinos de la zona oriente, quienes pugnaron para que lo que iba a ser un museo privado se convirtiera en un espacio público accesible a todos
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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A un costado del metro Constitución 1917, una terminal que todos los días se convierte en el enlace del centro hacia la periferia, un coloso de concreto de tonalidades arena se levanta en contraposición de los puestos de lámina y las construcciones de no más de dos pisos de la zona, el Museo Yancuic hoy abre sus puertas.

Docenas de chalecos guindas rodean el inmueble, todos ataviados ordenando gente y guiando grupos de familias y jóvenes hacia bóvedas y pasillos que parecen engullir el ruido del oriente. La gente camina descubriendo el lugar donde en cada metro disponible de la planta baja se acomodaron mesas con actividades para ellos, el jaguar que custodia las escaleras de recepción espera a que los teléfonos lo enfoquen y el olor de la zona de comida se cuela por entre los muros y se detiene en los ventanales.

Da la una de la tarde y bajo el sol de un invierno caluroso Martí Batres, jefe de gobierno de la CDMX, aparece en traje negro para cortar el listón. A su lado niños, cabezas de secretarías y un escritor transformado en funcionario público se forman con tijeras en mano listos para las cámaras que los enfocan; cortan el listón.

El protocolo comienza y por la cantidad de sillas que hay en el estrado los invitados especiales que abarrotan el auditorio estarán en sus asientos hasta que el Museo se convierta en sitio arqueológico. Todo aquel que dio una firma o puso un clavo para la construcción se presenta ante aplausos, vítores incluso, de los acólitos que llegaron para celebrar el final de un proyecto de rescate.

El Museo Yancuic se yergue en contra de la privatización que pretende monetizar los espacios, en oposición a la tendencia de comercializar la experiencia en común y, principalmente, gracias a la lucha de los vecinos que no lo permitieron; así lo recuerda el encargado de despacho de la alcaldía, José Antonio Jiménez, quien es el primero en hablar y recibir los aplausos.

Detrás de él la secretaria de cultura, Claudia Curiel de Icaza, agradece a una lista inmensa de personas y puntualiza que la idea retirar una concesión privada para expandir el derecho público a la cultura y la ciencia es una idea de izquierda que concuerda con la administración de la que es parte.

Más funcionarios hablan, se elogian entre ellos por la innovadora de la idea de acercar la cultura a una de las alcaldías más marginales de la ciudad, por voltear a ver a un oriente que vió nacer el grito “de Iztapalapa para el mundo” que se hace presente cuando uno de ellos se acerca al micrófono.

El jefe de gobierno finaliza el protocolo recordando a todos las obras que ha inaugurado en los últimos meses de la administración que a él le toca finalizar.

“La lucha popular que dió en la administración pasada obligó a las nuevas autoridades a cambiar el rumbo y hacer de este lugar un homenaje a lo público. En este espacio confluyen, el metro constitución de 1917, la terminal del cablebús, el trolebús elevado, una preparatoria nueva del Instituto de Educación Media Superior, un pilares y, ahora, el Museo Yancuic. Esto forma un esfuerzo del gobierno de la ciudad, no solo de obra pública y difusión de la cultura, sino también de desprivatización de diversos proyectos”, menciona el político.

Los discursos finalizan con una foto y la obra de casi 20 mil metros cuadrados y 529 millones de pesos queda inaugurada, algo que las personas que inundan los pasillos, que toman fotos en las salas interactivas, que recorren la librería del Fondo de Cultura Económica y que escuchan música Mixe en la entrada ya dan por hecho.

Batres y Curiel de Icaza recorren las instalaciones, son perseguidos por cámaras y micrófonos que están tan atentos a donde dirigen la vista los funcionarios que pareciera que el museo se construye conforme ellos caminan y la museografía aparece cuando ellos la señalan. Se mueven por los cinco niveles con una prisa que no concuerda con la parsimonia de los demás visitantes, de aquellos que escuchan los instrumentos tocados por niños o ven los juegos circenses que se desarrollan en los pabellones del último piso.

Para Luis Puente, un joven vecino de la alcaldía, la apertura del museo es un evento que ya esperaba. “Este recinto nos va ayudar mucho para la cultura aquí en Iztapalapa. La verdad sería de gran ayuda que los jóvenes y los pequeñitos tuvieran un lugar para desarrollarse, visitar museos y que se diviertan, sería lo que a mi me gustaría “, dice Luis, quien espera visitar seguido.

El Museo tiene un horario de miércoles a domingo de 10:00 a 17:00 horas y la gente que lo visitará podrá llegar por los múltiples redes de transporte público que convergen en Constitución de 1917, pues el Yancuic se encuentra a menos de 5 minutos de ellos; sin embargo, en el día de su inauguración la gente se retira temprano y vacían los pasillos de la más reciente adición de la ciudad de los museos.

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