La artista visual mexicana Betsabeé Romero llevará a la Bienal de Venecia 2024 una propuesta artística que explorará el concepto de fronteras geopolíticas, así como las fronteras ideológicas e identitarias que emergen incluso al interior de las familias.
La exposición El espiral sin fin, comisionada por el Museo de Arte Latinoamericano (MOLAA) en Long Beach, California, abrirá el 20 de abril y consistirá en seis instalaciones que intervendrán las salas de la Fundación Bevilacqua La Masa, en la Plaza de San Marcos, como un evento colateral a la 60ª Bienal, que este año explora el tema “Extranjeros en todas partes”.
A través de llantas, espejos cóncavos, arte popular, huellas de hormas de zapatos de madera, objetos de papel y elaborados con plumas, la muestra reflexionará en torno al concepto de migración y las fronteras que están causando muchas muertes en diferentes países, no solo entre México y Estados Unidos.
“Hay espejos donde nos vamos a reflejar como parte de una sociedad escindida por una constante polarización que ha cortado muchos diálogos, en relación no solo a nuestras posiciones políticas e ideológicas, sino a nuestras posiciones de género, de religión o de creencias. Estoy hablando de heridas que van desde la frontera entre México y Estados Unidos hasta los propios hogares y las familias. Esta práctica tan terrible de la exclusión, tanto en lo social como en lo más íntimo”, planteó la artista.
Artista cercana al MOLAA
Betsabeé Romero, quien lleva años colaborando con el MOLAA, fue la artista latinoamericana elegida para representar a dicho museo californiano en Venecia.
“Es un ejemplo de que las fronteras geopolíticas no nos separan, que como mexicanos somos parte de una cultura que ha atravesado muy heroicamente los dos lados de la frontera y que las fronteras no separan la cultura”, comentó al respecto la artista.
Según Romero, este proyecto curatorial comenzó a gestarse el año pasado, cuando todavía no se daba a conocer el tema de la Bienal, el cual se ajustó perfectamente a lo que ella había decidido explorar.
“Yo abordé el tema que trabajo desde siempre, movilidad, migración, y ni siquiera sabíamos que sería la primera Bienal donde el curador es un latinoamericano, Adriano Pedrosa”, contó.
Al ser una artista latinoamericana en la Bienal, Betsabeé Romero espera que su propuesta establezca diálogos y reflexiones con las obras de otros creadores de la región que estarán participando en esta edición:
“Hay muchas sorpresas de artistas de grupos indígenas de Bolivia, de Perú, de Asia, de muchos otros lugares del mundo. Me interesa mucho ver cómo este trabajo va a dialogar con el de esos artistas y el de diferentes generaciones. Creo que está rompiéndose con esta rigidez de que solo hay artistas del mainstream o que son solo artistas hombres”.
Evoca pensamiento indígena
La artista comentó que las seis salas de su exposición en Venecia ofrecerá un recorrido en una suerte de espiral que culmina, usando penachos y objetos realizados con plumas, con una reflexión en torno a la importancia de voltear los ojos hacia la cosmovisión de los pueblos indígenas:
“La pieza con la que termina la exposición es sobre la esperanza de recuperar, de reconciliarnos con este tipo de pensamiento, que es el único que nos va a sacar de este catastrófico naufragio del pensamiento occidental, sobre todo en relación al planeta”.
La muestra
- La exposición El espiral sin fin, es curada por la argentina Gabriela Urtiaga, jefa de curaduría de MOLAA.
- Se presenta del 20 de abril al 1 de septiembre en la Fundación Bevilacqua La Masa, en la Plaza San Marcos, Venecia.
- Después de Venecia, la muestra se exhibirá en 2025 en MOLAA en Long Beach, California, EE. UU.