Mulán: tres razones por las que es el peor live action de Disney

Querido, lector: mi opinión vertida en La Cinemágora no representa la perspectiva del medio. La crítica de Mulán NO TIENE SPOILERS
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
Comparte esta nota

Los aplausos inundaron el estreno Whale Rider (2002) en el Festival Internacional de Cine de Toronto. La adaptación de la novela homónima de Witi Ihimaera fue dirigida por Niki Caro, cineasta neozelandesa que se llevó la admiración del público por una película femenina, emocional y trascendental en la historia del cine europeo. Estos fundamentos se buscaban para el nuevo live action de Disney: Mulán.

Por ello, se buscó a Niki Caro para dirigir la nueva cinta con un presupuesto de 290 millones de dólares, el largometraje con el mayor presupuesto en la historia de Disney; además de ser el segundo filme de la compañía del ratón en ser dirigido por una mujer.

De esa manera, la cineasta decidió dejar a un lado la versión animada de Disney para encauzar la dirección de su obra a un tono realista fundamentado en las tradiciones orientales. Además, buscó a la directora de cine australiana, Mandy Walker (Talentos ocultos, 2016), para hacerse cargo de la fotografía.

¿DE QUÉ VA?:

El emperador chino emite un decreto que exige que cada hogar debe reclutar a un varón para luchar con el ejército imperial en la guerra contra los Hunos. Para salvar a su anciano padre de este deber, su única hija Fa Mulán se hace pasar por soldado y toma su lugar.

1- UNA REINTERPRETACIÓN, NO UN LIVE ACTION

Hay que decirlo, Mulán no es un live action de la versión animada de Tony Bancroft y Barry Cook, en 1998, sino una reinterpretación de la misma historia. Incluso, no hay que olvidar que todas las películas estrenadas sobre Mulán están inspiradas en el poema chino Balada de Fa Mu Lan.

El poema versa sobre las hazañas de la joven Mulán y del cual la directora de cine Niki Caro tomó el argumento en su totalidad para descartar, casi por completo, la versión animada.

mulan live action

Por esa razón, los amantes de aquella versión no hallarán un live action sino una historia distinta con pinceladas referenciales a su antecesora. Sin embargo, hay que señalar que en 2009 se estrenó la primera película con personajes reales llamada Mulan: Rise of a Warrior.

El deseo de Niki Caro era realizar algo similar, por lo que toma libertades para cambiar personajes y rutas de la historia que se vieron en la versión animada. Es decir, se trata de una reinterpretación personal de la cineasta neozelandesa.

Así, estamos hablando que si Disney buscaba generar el efecto de nostalgia de la versión animada fracasó ya que las canciones, una de las piezas más valoradas de aquella película noventera, y los personajes, como el gracioso Mushu, no están presentes.

En otras palabras, es un largometraje que, como la primera cinta, mantiene la ponderación e importancia de la mujer en un ambiente machista y hostil, pero deja a un lado elementos importantes que convertían a su antecesora en un filme memorable.

2- UN ESTILO IRREAL Y CONTRADICTORIO

Niki Caro aseguró que su versión de Mulán es la más realista de todas las que se han hecho hasta el momento. Por ello, dejó fuera a personajes como el dragón Mushu y descartó las canciones porque consideraba que no encajarían en la tonalidad de su obra.

Sin embargo, el largometraje es, por varios momentos, irreal. Principalmente, en las escenas de acción basadas en el estilo de las películas chinas que se distinguen por presentar acrobacias impresionantes pero francamente descabelladas.

De esa manera, esta versión es contradictoria porque existen secuencias de acción incoherentes propias de una ficción, por lo que, siguiendo esa tonalidad, introducir las canciones o personajes como Mushu habría encajado de mejor manera en la narrativa.

Del mismo modo, aunque la fotografía es notable en varias de las escenas también llega a ahogarse con un exceso de efectos especiales de CGI que vuelve a convertir la cinta en ficción.

3- SIMPLICIDAD QUE LA HARÁ OLVIDABLE

El guion de Mulán estuvo a cargo de Rick Jaffa, Amanda Silver, Lauren Hynek y Elizabeth Martin, quienes trabajaron en la saga de El planeta de los simios de Matt Reeves.

En esta ocasión, los escritores decidieron sustituir personajes, como el general Li Shang o la abuelita de Mulan, para otorgar una narrativa más realista, de acuerdo con sus declaraciones.

No obstante, el peso actoral de toda la historia recae sobre la protagonista, Liu Yifei, quien entrega una actuación apegada y digna del personaje y la tradición de Mulan. A través de su entereza, la actriz asiática se muestra como una mujer fuerte, valiente, audaz e inteligente sin perder su feminidad.

Pese a que la actuación de Liu Yifei es un gran acierto, y quizás el único de la película, todos los demás personajes caen y se olvidan por su estructura endeble.

Desde el nuevo amor de Mulan hasta un nuevo villano, todos los personajes no tienen nada especial y caen en lugares comunes en sus acciones: el chistoso, el malvado, el rudo, etcétera.

Canciones como Mi mujer es la razón y Hombres en acción dejaron un tono marcado en cada personaje de la versión animada y al despojarlos de esta característica la cinta se vuelve simple.

Uno de los ejemplos de cómo hubiera funcionado mejor la película es la secuencia copiada de la cinta original en que Mulan se prepara para la visita de la casamentera y es maquillada como una geisha.

Así, esta versión se ve claramente eclipsada por su versión animada.

*Recomendación: 2 estrellas de 5. Una simple película que palidece ante la versión animada de 1998.

*Plataforma: Disney Plus

*Y a ti, ¿te gustó esta nueva versión?

Te puede interesar: Crítica Frozen 2; lesbianismo y agenda LGTB+ en las películas de Disney

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil