En los últimos días, los señalamientos hacia mujeres artistas, como Belinda o Eiza González, por sus relaciones amorosas, han ocasionado que el público se enfoque más en su vida personal que en sus talentos y proyectos.
¿Sabías que la cantante y actriz Belinda ha ganado más de dos docenas de premios a lo largo de su carrera desde el año 2000? Seguramente no, porque esa información no se encuentra de inmediato en Internet al escribir su nombre, pero sí se hallan la lista de los hombres que han sido su pareja amorosa.
En las últimas dos semanas, la intérprete de “Bella traición” ha sido la protagonista de múltiples titulares luego de que se oficializó su relación con el cantante Christian Nodal, al que conoció en el programa La Voz Azteca.
Memes, chistes y agresiones en redes sociales han ido en su contra, dejando de lado su talento y los proyectos musicales que la han llevado a ser reconocida en todo el país, como la obra Hoy no me puedo levantar.
Pero Belinda no ha sido la única artista que ha afrontado una situación parecida, también está Eiza González, Demi Lovato, Miley Cyrus y Danna Paola, entre muchas más, a quienes también les han enumerado sus romances y criticado sus decisiones personales.
En el artículo “Celebridades femeninas y medios de comunicación” (revista Razón y Palabra, 2015), la maestra en Estudios de la Mujer, Elsie McPhail Fanger, asegura que el talento de las celebridades ocupa por lo general un nivel secundario debido a la mayor importancia que la industria del entretenimiento le otorga a la belleza corporal, la juventud, a la crónica de su vida diaria y a sus escándalos.
Para McPhail Fanger, el que la industria se enfoque en estos elementos de las artistas se debe a que forman parte de un estilo de vida deseable, algo que tal vez no tiene gran parte de la sociedad.
Tania Lizbeth Meléndez Elizalde, maestra en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), menciona, por otra parte, que este fenómeno surge por una necesidad de morbo y de curiosidad por parte de la gente.
Además, resalta que en este tipo de sucesos pasa algo peculiar, pues al parecer sólo a las mujeres con cierta fama se les puede hacer alarde de sus parejas, de su actividad sexual, pero al resto no, pues está socialmente mal visto que una mujer tenga muchas relaciones afectivas.
“Al final lo que está de fondo es un juicio hacia ellas, porque no se dice ‘qué chicas tan inteligentes, tan activas sexualmente, son un modelo a seguir’, no va por ahí, sino que se enfocan en que no están cumpliendo con los estándares sociales de sentar cabeza, casarse y tener hijos”, resalta la también académica Meléndez Elizalde.
Escapar del escándalo para las mujeres artistas
Desde hace más de 50 años se ha estipulado socialmente que son las mujeres y no los hombres las que deben ocultar su vida privada y las que deben esconder a sus parejas para que la gente no hable negativamente de ellas.
Y aunque actualmente gran parte de la sociedad se ha percatado de que esa idea es antigua y desvaloriza a las mujeres, gracias a las luchas y protestas feministas, otra parte de la gente no lo ha entendido.
Generalmente se opta por crear más especulaciones en torno a la figura femenina que a la masculina, a quien usualmente no se le indaga su lista de romances ni se le critica que tenga pareja tras pareja.
Al respecto, la socióloga Natalia Tenorio Tovar puntualiza en “¿Qué tan modernos somos? El amor y la relación de pareja en el México contemporáneo” (Revista Redalyc, UNAM, 2010), que la modernidad es una época perfecta para borrar todos los límites ya establecidos y comenzar a dibujar otros nuevos.
De acuerdo con la también catedrática de la UNAM, es momento de darle mayor apertura a lo que antes era señalado, al amor en todas sus formas y al respeto duradero entre personas.
Asimismo, la maestra Tania Lizbeth agrega que ya va siendo tiempo de repensar y reconstruir cómo están establecidos los modelos de género para que de ese modo cualquier persona, sea famosa o no, mujer u hombre, tenga la libertad de salir o no con quien desee y sin dar explicaciones puntuales.
De ese modo, oponiéndose a los medios masivos, dice la maestra, es como también se pueden cambiar y mejorar las ideologías y comportamientos en las universidades, las instancias de gobierno y las asociaciones civiles que aún siguen desfavoreciendo al género más fuerte, al femenino.