Mujer Dance Company llegará, por primera vez, al escenario del Festival Internacional Cervantino con una propuesta que fusiona la tradición milenaria de la danza coreana con una visión contemporánea.
Para su directora y coreógrafa, Seo Yeon-soo, esta oportunidad es una oportunidad para entrelazar las raíces culturales de su país con una expresión artística que sigue evolucionando.
“El Cervantino es uno de los festivales más importantes del mundo, y estamos aquí para mostrar cómo nuestra danza refleja la profundidad y el poder de nuestra tradición, mientras dialoga con la modernidad”, comenta Yeon-soo. en entrevista con Reporte Índigo.
La pieza Caminamos, miramos y nos paramos, la cual presentarán en el Auditorio del Estado el 19 y 20 de octubre, ofrece una metáfora visual inspirada en la naturaleza: un árbol cuya raíz representa lo tradicional y cuyos frutos simbolizan la modernización. Esta evolución de la danza coreana, que ha sido vista históricamente como la raíz de las artes en Corea, se refleja en cada movimiento.
“Siempre miramos hacia los árboles, y al hacerlo, entendimos que la raíz, lo que no vemos pero que siempre está ahí, representa lo tradicional. El árbol que crece y cambia es lo moderno, lo que evoluciona” explica la coreógrafa sobre la inspiración detrás de la obra.
Más allá de los elementos visuales, que incluyen calcetines tradicionales, campanas de viento y percusión de madera reinterpretados con un lenguaje contemporáneo, la agrupación busca transmitir una idea profunda sobre la equidad de género, sin que esto se encasille en una narrativa feminista.
“Lo que queremos es expresar la fuerza y la evolución de nuestra historia, mostrar que, aunque somos una compañía formada por mujeres, la danza no tiene que ser vista como algo suave o tranquilo. Nos enfrentamos a esos estereotipos y demostramos que nuestra expresión puede ser poderosa y universal”, añade.
Desde Corea para México
La perseverancia es otro de los temas centrales de la pieza. Yeon-soo reflexiona sobre el legado de la danza coreana, que ha resistido el paso del tiempo y sigue presente como una fuerza cultural.
“Lo que más queremos mostrar es la perseverancia de nuestra cultura, su capacidad de mantenerse viva y relevante. A través de la danza, hemos aprendido a perseverar y a confrontar las ideas preconcebidas sobre género y tradición”, señala.
Esta compañía fue fundada por Seo Yeon-soo cuando intentaba coreografiar por primera vez y pensaba en las mujeres y en los seres humanos. Lo femenino aquí no se refiere al sexo biológico, sino a las cosas “femeninas” como una fuerza contra el mundo masculino moderno, racional y centrado, principalmente, en Occidente.
“Queremos que sea una experiencia que invita a repensar la danza como un medio que no solo comunica, sino que también desafía y transforma”, concluye Yeon-soo.
Su historia
A lo largo de los años, Mujer Dance Company ha trabajado para fusionar la tradición con la modernidad en sus coreografías. Para la compañía, la danza es una forma de mantener vivo el pasado mientras se adapta a los cambios del presente. Además, han enfrentado los desafíos de transmitir la equidad de género a través de sus proyectos, mostrando que se puede crear una expresión poderosa y fuerte, sin importar los estereotipos asociados al género.
“Siempre hemos buscado demostrar que, aunque somos un grupo de mujeres, nuestra danza no tiene que ser vista como algo suave o tranquilo. Nos hemos enfrentado a esos estereotipos y hemos mostrado que podemos ser mucho más fuertes. Creemos que hemos logrado transmitir esa equidad por medio de nuestra danza“, explica la directora Seo Yeon-soo.