El escritor, académico y exrector de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Alfonso Rangel Guerra (1928-2020), murió ayer, de acuerdo con información de La Academia Mexicana de la Lengua
Para él, la vida era una tarea siempre por cumplir, por lo que esperaba no dejar ningún pendiente. “Hace unos pocos años me pude doctorar y mi tesis fue sobre la poesía de Alfonso Reyes, que ya se publicó El Colegio de México, un libro como de 400 páginas. Ahora está en prensa el segundo libro, que espero salga pronto y está en proceso el tercero; espero que haya vida para cumplir satisfactoriamente esta tarea editorial”, aseguró hace un año, durante un homenaje que se le rindió en el Palacio de Bellas Artes para celebrar sus 90 años de vida.
A Rangel Guerra, comentaba él, la vida le concedió tres vocaciones: el hábito de la lectura, el ejercicio de la docencia y del servicio público. Hoy, la vida de este académico alcanza el nivel de la de su paisano Alfonso Reyes, lo que lo hace un hombre afortunado.
El exrector de la UANL se dedicó a engrandecer la cultura de México. Fue un hombre de letras, una figura emblemática del quehacer universitario, un constructor de puentes, humanista y ejemplar.
El académico fue licenciado en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Nuevo León. También estudió Literatura Francesa y Literatura Comparada en la Universidad de París, Francia.
Algunos de los premios que ganó fueron la Presea Estado de Nuevo León al Mérito Cívico, otorgada por el Gobierno de Nuevo León en 1990; Premio Artes Literarias, otorgados por la Universidad Autónoma de Nuevo León en 1998, y el Premio Internacional Alfonso Reyes, otorgado por el Consejo Nacional para la Cultura y la Artes, a través del Instituto de Bellas Artes y la Sociedad Alfonsina Internacional, en 2009.
Para el historiador Javier Garciadiego, la vida del escritor fue realmente ejemplar, por su esfuerzo, trabajo y dedicación a prácticamente dos temas; por un lado, al humanismo, la literatura, la filosofía y la historia, todas ramas del saber humanístico y por el otro, una vida dedicada a las instituciones de educación superior.
Rangel Guerra se desempeñó como funcionario público al tener distintos cargo como: director de la Sección de Letras del Centro de Estudios Humanísticos de la UANL, presidente del Seminario de Cultura Mexicana en Monterrey, secretario general de la Asociación de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), director general de Educación Pública, secretario de Educación y Cultura de Nuevo León y ministro para asuntos culturales de la embajada mexicana en España, entre otros.
Las obras del regiomontano serán pruebas de una vida ejemplar y productiva, de un universitario ligado al servicio de los demás, de espíritu honesto y comprometido con el conocimiento, con la educación y con la universidad.
Ludivina Cantú García, directora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANLeón, indicó que el escritor dedicó su vida a la cultura, a la educación, al estudio de la literatura y fue el mayor conocedor de la obra de Alfonso Reyes y docto en el conocimiento del sistema educativo mexicano.
Durante el homenaje en Bellas Artes, Garciadiego comentó que esperaba que la vida le respetara la salud a don Alfonso Rangel Guerra, para que pudiera seguir ilustrando con sus libros, pero ahora que ya o está “nos ilustrará con su legado, su ejemplo y su recuerdo”.
