Mucha tarea, estudiantes enfermos

Un promedio de 3 horas de tarea por día. La cantidad no parece demasiado alta, pero para los jóvenes estadounidenses de clase media-alta, que pasan entre 8 y 10 horas en la escuela, es suficiente para provocar un alto nivel de estrés.

Un reciente estudio realizado por la Universidad de Stanford, encontró que 3 horas es el promedio de tarea que se encarga a estos jóvenes, y que el exceso de trabajo es perjudicial para su salud.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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Un promedio de 3 horas de tarea por día. La cantidad no parece demasiado alta, pero para los jóvenes estadounidenses de clase media-alta, que pasan entre 8 y 10 horas en la escuela, es suficiente para provocar un alto nivel de estrés.

Un reciente estudio realizado por la Universidad de Stanford, encontró que 3 horas es el promedio de tarea que se encarga a estos jóvenes, y que el exceso de trabajo es perjudicial para su salud.

“Encontramos una conexión clara entre el estrés en los estudiantes y los impactos físicos y emocionales –como migrañas, úlceras y problemas estomacales, falta de sueño y pérdida de peso”, explica la profesora Denise Pope, coautora del reporte publicado en el Journal of Experimental Education.

Pope y su equipo entrevistaron 4 mil 317 estudiantes de 10 preparatorias de alto desempeño, tanto públicas como privadas, en comunidades de clase media-alta de Estados Unidos. El 56 por ciento de los adolescentes mencionó que la tarea era su principal causa de estrés.

Además, la investigación encontró que tener que hacer tantas tareas puede disminuir la  capacidad de aprendizaje.

“Los jóvenes que reportaron más horas de trabajo por día reportaron, también, estar más involucrados en sus clases, pero esto no quiere decir que realmente comprendieran el material, lo disfrutaran o lo encontraran significativo”, señala el reporte.

De hecho, los estudiantes que recibían más tarea cada día presentaban más problemas de salud, así como una falta de balance en su vida. 

“Dada la presión en las comunidades privilegiadas y acostumbradas a los grandes logros, los datos sugieren que muchos jóvenes se sienten obligados a elegir la tarea por encima del desarrollo de otros talentos o habilidades”, revela el estudio.

Los autores sugieren que no exista una regla sobre cuánta tarea debe asignarse en cada materia, sino que estos encargos deben tener un propósito y servir para algo, y deben estar diseñados para “cultivar el aprendizaje y el desarrollo”.

Involucrarse no ayuda

Un estudio de la Universidad de Stanford reveló que los adolescentes estadounidenses de clase media-alta reciben en promedio tres horas de tarea por día. ¿El resultado? Estrés que provoca desde falta de sueño hasta úlceras y migrañas

Los padres que ayudan a sus hijos con la tarea o se involucran en exceso en las actividades escolares podrían ser un obstáculo para el desarrollo académico de los estudiantes, reveló un estudio de investigadores de la Universidad de Texas en Austin y de la Universidad Duke.

Los sociólogos Keith Robinson y Angel L. Harris revisaron los resultados de las encuestas sobre participación de los padres en la educación de sus hijos de las últimas tres décadas, y descubrieron que, no solamente algunos tipos de intervención no tienen efecto sobre los pequeños, sino que pueden ser perjudiciales.

Hacer un chequeo de la tarea ya terminada, por ejemplo, no ayuda a que los estudiantes tengan mejores resultados en los exámenes, y a partir de la primaria, puede hacer que estos sean peores. Según Robinson, esto puede deberse a que muchos padres han olvidado el material estudiado.

Tampoco las reuniones frecuentes con profesores tienen un efecto positivo, que al igual que ayudar a elegir qué cursos llevar, asistir a “clases públicas” o castigar a los niños por tener malas calificaciones, solamente provocan ansiedad y que los pequeños pierdan entusiasmo por aprender.

La solución, explica Robinson, es preguntar a los hijos qué les gustaría ver a sus padres hacer. “Solemos decir a los padres y las escuelas que hacer, pero no le preguntamos a los niños qué es lo que quieren”, señala.

Sin embargo, el estudio también encontró actividades que son beneficiosas para los estudiantes, como hablar sobre los planes para la universidad, o leer en voz alta a los niños más pequeños.

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