A sus 36 años de edad, Norma Monserrat Bustamante, Mon Laferte, se dice preocupada por el género femenino, por las causas sociales del mundo que, desde que logró el estrellato en las plataformas musicales y la preferencia del público, aprovecha para denunciar.
Se sumó al Encuentro de Mujeres que Luchan, del Ejército Zapatista en Chiapas en diciembre pasado, ahí se encontró con Aracely Osorio, la mamá de Lesvy Berlín, estudiante de 22 años de edad que fue asesinada por su novio en la UNAM. Laferte, solo de recordar el momento, se le hace un nudo en la garganta casi al borde del sentimiento.
La cantante platica con Reporte Índigo de cómo percibe el feminismo para este 2020 en México y Latinoamérica, reflexiona sobre los gobernantes, pero sobre todo aprovecha para dar un mensaje a todas las mujeres silenciadas, a aquellas que fueron víctimas de feminicidio y las que creen que la causa de erradicar la violencia de género está perdida.
La mujer que descubrió sus senos previo a la entrega de los Grammy con el mensaje “En Chile torturan, violan y matan” para pronunciarse contra el Estado sudamericano, el cual fue represivo contra sus ciudadanos por manifestarse contra su presidente, Sebastián Piñera, señalado por crímenes de lesa humanidad, agrega que las mujeres que son consideradas minorías y que demandan un bienestar, en realidad son una mayoría en América Latina.
“Por ejemplo, en Chile, creo que más de la mitad de los o las habitantes son mujeres, entonces, como tú dices, no son minorías, son realidades que están ahí, que están presentes. Yo creo que hoy estamos viviendo una revolución que no sé si nos hemos terminado de dar cuenta, pero a mí me emociona mucho ver que estoy viviendo una súper revolución y que soy parte de ella”, agrega la artista.
El 18 de enero, Mon Laferte cierra #LaGiradeNorma en el Palacio de los Deportes, para descansar unos días y posteriormente, el 31 del mismo mes, salir de nuevo de tour, ahora para promocionar Sola con mis monstruos, disco doble que grabó en vivo en el Lunario del Auditorio Nacional el pasado octubre de manera acústica y adornado con unas muñecas que hizo junto con su mejor amiga.
“La verdad es que este rearranque fue muy accidental, yo no pensaba hacer una gira acústica (…) De logística no es una cosa tan compleja, solo es mover las muñecas, la guitarra y a la artista. Creo que es bonito volver a hacer esto, también en una etapa en la que estoy creando un nuevo álbum, entonces voy a estar ahí tocando de una manera más tranquila y en paralelo trabajar nuevas canciones”, platica Laferte entre risas.
‘La música tiene el poder de cambiar’: Mon Laferte
En su cotidianidad, Laferte se sabe melómana por completo, desde “El baile del perrito”, pasando por “La mayonesa”, hasta llegar al reggaetón, género con el que compuso una canción de protesta en noviembre pasado titulada “Plata-ta -tá”, la cual suma más de seis millones reproducciones en Spotify.
El género conocido por cosificar a la mujer y denostarla puede también transformar a la gente, así lo cree la cantautora chilena, por ello decidió componer su canción pensando en este ritmo que inunda actualmente Latinoamérica.
“Siempre digo que el reggaetón, el ritmo, no tiene la culpa de los o las compositoras que hacen sus canciones, ¿sabes? Yo creo que la música tiene el poder de cambiar, históricamente ha sido así, y hoy la verdad es que, aunque a algunos les guste o no, el reggaetón es el género más masivo y popular, y si yo quiero dar un mensaje hoy, voy a tomar el género más popular”, argumenta.
Además, Laferte ejemplifica que en el pasado otros géneros también han hecho lo mismo que este ritmo, es decir, hablar con letras de manera peyorativa hacia el género femenino; y si hoy se analizara ese discurso sería mal visto.
“Tenemos muchos casos y ejemplos de música rock que es sumamente machista y misógina, hay bandas que han sido nuestros ejemplos, y si nos ponemos a ver los videoclips de muchas agrupaciones de los 80, ¡esto hoy sería súper mal visto!”, recuerda la también guitarrista.
Por otra parte, Mon Laferte reflexiona acerca de las mujeres jóvenes, aquellas que en un futuro tal vez ni siquiera tengan la necesidad de abrirse camino por ser del género femenino; ella lo ve en su sobrina, quien cree que pueda dedicarse también a la música y apenas tiene 14 años.
“Pienso: ‘a ella le va a tocar un mundo diferente, no va a tener que estar con esta mentalidad de que tiene que competir con otras mujeres por la aprobación masculina o cosas ridículas (…) Comentarios como ‘No vas a poder tocar en este festival porque ya hay una mujer’ y ya hay 30 bandas de hombres”, subraya.
Este tipo de ejemplos Mon Laferte todavía los vivía en carne propia hace unos años, e incluso percibe que todavía suceden en pleno 2020, por eso cree que es posible que este tipo de conductas se están al fin erradicando, lo que ayudará al futuro de nuevas generaciones.